miércoles, 30 de diciembre de 2015

Posiciones filosóficas para una filosofía del cognoscente por Antonio Pérez-Paredes



Posiciones filosóficas para una filosofía cognoscente

 

 

 

Cuando la filosofía deje de atender las riquezas del hombre comenzará a entender al hombre que con cautela empieza a darse cuenta del sinsentido que tienen las ideas motivadoras del pensar. Es menester descartar todo descartar, las totalidades deben totalizarse más para dar lugar a cosas extrañas, lo extraño atañe, lo que atañe es absurdo si quien lo piensa no ataña a nada ni nadie. Decía un profesor de metodología que tiempo después sostendría una ligera amistad conmigo, el juego de rompecabezas en las conjugaciones no advierten una transformación estaba criticando mi trabajo, mis respuestas siempre, y siempre aquí se ocupa como lo he explicado antes, fácilmente. La transformación no está en la aplicabilidad.

La aplicabilidad es un discurso tecnometodológico y académico de último orden, los sistemas de pensamiento en su mayoría eurocéntricos y norteamericanos son absorbidos sin ser adquiridos, adquirir implica cierta metamorfosis de la noesis mientras que la absorción se limita al placer tonto de lo inentendible. Mi profesor había absorbido mi trabajo.

Este trabajo no tiene fines explicativos ya que no cuenta con el peso filosófico de occidente, este tratado ni si quiera busca ser aceptado como un intento de filosofía de la liberación pedagógica.

No intentar pretender intentar es intentar todo intentar del pretender.

Andábamos en lo aplicable, el discurso se va apoderando de las conciencias y como resultado del lenguaje, con pobreza filosófica he tenido que mirar el desarrollo de lenguajes hegemónicos inyectados a la mayoría de los que conozco, incapaces de aceptar que en determinado momento es exigible tener aunque sea una sola idea propia, propia en el significado propio de lo que uno piensa en su genuino pensar, rescatar lo valioso del cotidiano pensar boscoso, el pensar boscoso es un pensar distinto al pensar académico. Lo boscoso grafica lo abstracto y lo total en modo firme. Un pensar no absorbido sino absorbente, que entre sus modus operandis sea el ejercicio mismo del pensar un no ejercicio del pensar, la reconstrucción de la mente hoy obliga a muy pocos volverse al pasado y reacomodar las esferas de lo pensado no para evitar pensar lo ocurrido, si para nutrirse del futuro que sus entrañas se gestaba. No se debe dejar de hacer daño hoy es no se debe dejar de pensar aunque la garantía ya no entregue garantías, y sea esa la más terrible garantía del pensar, que es la voluntad cognoscente, la concientización que se desconcientiza para dirigirse al verdadero conocimiento, el que se le entrega a causa del buscar. 

Ya Vasconcelos  en su Ulises Criollo en el capítulo dedicado a los intelectuales advierte una crisis filosófica de la que hoy otros tratan de adueñarse, cuando explica que sus compañeros sedientos por leer a Hegel olvidaban que una de las tareas fundamentales es dialéctizar. El mismo José Pablo Feinmann daba una enorme conceptualización de dicha crisis, al darse cuenta que nadie hacía filosofía argentina, que desde hace años y quizá siglos América latina carece de un filosofar propio, y todos cuando han intentado superar los icebergs filosóficos han pasado a la historia de un pensamiento olvidado.  

Y cuando un pobre tipo escribe un discurso sobre el método es atacado por sus colegas, el método no debe ser tocado, está ahí para ser venerado y así lo quieren los pensadores que dirigen el pensar. Uno se la pasa mal si se le ataca su forma de vida, pero uno muere si se le ataca su pensar sólo porque este manifiesta la mediocridad del otro.

La voluntad cognoscente no es un dirigirse a algo como la conciencia en Husserl, tampoco se trata de atacar todos los modos en que hasta ahora la filosofía ha girado. La voluntad cognoscente es un constante preocuparse como resultado del darse cuenta que en su mayoría los sistemas de pensamiento y los tontos métodos de educación están destruyendo al ser individual. Y sí, aquí vamos a tratar a ese ser individual que es el hombre, que es el sujeto eyectado y de su voluntad cognoscente. Hasta no hace mucho tiempo el hombre sufrió uno de sus intentos de superación más grandiosos. El existencialismo, si bien el existencialismo sartriano representó la cumbre del pensamiento elevado también fue duramente criticado por aquellos sectores rojos que lo único que desean como diría un colega, ellos desean que uno almuerce la mierda que ellos comen. Y es cierto, la igualdad comprendida como esa estandarización del hombre con otro hombre no sólo atenta con la esencia sino con algo peor, su condición humana.

En la actualidad (aquella actualidad desactualizada-ultramodernidad) las personas en general están en un proceso de des-proceso; las tecnologías y las tecno habilidades corrompen la virtud de pensar y de imaginar. La gente común que no es nada común pero habría que designarles un adjetivo antioccidental porque en los escritos teóricos no somos comprendidos más que como el no-ser. Sin embargo y como mencionada un profesor, yo si tengo esencia antes de tener existencia   es un discurso que en su misiva lingüística perfora el cognoscente de su arbitrariedad, lo que ocurre es que muchos de los pensadores sólo repiten el discurso que les conviene o que a su favor más han entendido o el que sus catedráticos les introdujeron.

Regresando al problema de la actualidad, “esta actualidad” es un simple estado de absurda realidad, basta con preguntarle a cualquier persona que encontramos sobre la acera caminando si está consciente de su realidad y muchos de ellos confundirán la realidad con su real realidad la cual al oponerse a su realidad actúa como un ente vivo que responde mentalmente por medio del bagaje cultural con palabras difíciles de variar entre otras respuestas.  

Un ejemplo claro que responde a lo anterior es lo que ocurre en la actualidad en México, una gran mayoría cree que el poder político ha sido impuesto, otro tanto piensa que es legal. Si una persona está rodeada por otras que dependen, participan y sobre todo militan políticamente y de generaciones atrás su pensar estará condicionado al pensar dinámico actual de la actualidad a la cuál responde esa actual realidad del partido del hecho que se presenta en México. Lo pensado se colectiviza para defender y mantener ese pensar en un hermetismo dogmatico que en su dinámica proveerá inconscientemente los dadores de respuesta ante el darse cuenta de la realidad del factum.
Lic. Antonio Pérez-Paredes