jueves, 13 de octubre de 2016

Relación de la dialéctica de la nada y la dialéctica del amo y el esclavo en Hegel




*El siguiente trabajo fue parte de la Conferencia pronunciada sobre El sujeto eyectado y la voluntad cognoscente. Lo que sigue es un capítulo de la ponencia completa.


Relación de la dialéctica de la nada y la dialéctica del amo y el esclavo en Hegel
Lic. Antonio Pérez-Paredes

     Nadie despierta estando consiente que no sigue durmiendo, sino que ya despertó; por lo tanto hoy no es el mejor momento para tratar de entender la dialéctica de la nada explanada con anterioridad. Nos resultase mayor accesible si damos un breve repaso a la dialéctica tal y cual como la maneja Hegel en la Fenomenología del espíritu o lo que en su libro llama GEIST.
El Ser en Hegel es el hombre autoconsciente, que en última instancia es el sujeto absoluto aquel que soporta el peso de la subjetividad y la objetividad; el Ser Hegeliano es conciencia de realidad, de su realidad y su dignidad humana cuando por primera vez dice “Yo” ese “Yo” es una afirmación de la totalidad del concepto de qué y quién soy lo que autodirige una teleología de los Es, lo Es arroja de manera fenoménica la idea del Ser, esto también lo formula Heidegger cuando dice que el hombre hace la historia cuando se da cuenta, es hombre en tanto conciencia eyectada al mundo, es eyectada porque decide sobre sí, sobre su Ser (dasein). Lo que en Hegel es autoconciencia en Heidegger es posibilidad. Ahora bien regresando al análisis dialéctico del Ser Hegeliano parte de un sujeto  que protagoniza un primer momento que es la del hambre, el sujeto tiene hambre porque en tanto sujeto hambriento sólo es sujeto de necesidad, aquí Hegel diferencia entre autoconciencia y conciencia, la conciencia de sobrevivencia de los animales. Pero el sujeto no puede tener hambre sólo de comida, la diferencia es que el Ser del hambre sustituye el valor de la presa por un valor de valor, es decir, el Ser ahora desea, y desea porque los objetos a los que se les ha sido revelado su Yo no sólo constituyen la alternativa para un éxodo cognitivo, a su vez implica un deseo del deseo, el primer momento de la dialéctica es la proyección de mi deseo hacia otro deseo, pero ese otro deseo parte de otro sujeto deseante, autoconsciente, un Ser del para sí. Este deseo que Hegel lo sumara con un proceso inquietante obliga al sujeto a negar aquello que desea para satisfacerse, para afirmar su deseo que desea deseos.

     Lo característico de este deseo es que no va dirigido a cosas naturales, deberá superar la realidad dada como real, es decir debe desear el deseo del otro, que lo convierte en su antítesis. La autoconciencia tiene su origen en una lucha por el reconocimiento. Recordando, el primer deseo es un deseo (Ser-autoconsciente) que no desea objetos para alimentarse, desea el deseo del otro que desea su deseo, porque ahí ocurren los juegos dialécticos internos dentro de la particularidad histórica de cada sujeto que desea el deseo del otro, que ambos se convierten en agentes que desean el deseo del otro. En seguida, el segundo momento aparece que es la afirmación de uno de los sujetos autoconscientes que se desean mutuamente. Durante esta batalla a muerte porque uno de los deseos debe sucumbir y reconocer al otro deseo como el deseo superior; el deseo que más sobreponga su valor original, atropógeno, humano debe a su vez estar consiente que su valor base para que exista el valor de su deseo que desea es el de la vida, por lo tanto en la lucha por el reconocimiento en algún momento uno de los deseos teme perder su valor base (vida) y en ese momento el otro deseo lo desea en completo y se convierte en su amo y el deseo que reconoce es el esclavo.

     Resumiendo, hay un primer momento donde ambos deseos se niegan un deseo desea el deseo del otro y el otro de igual manera, luego el segundo momento donde uno de los sujetos teme morir y es sometido por el deseo vencedor. Ocurre un tercer momento dialéctico, el amo al convertirse en el deseo reinante tiene bajo miras el trabajo del esclavo quien lo reconoce como superior pero el amo ahora convierte su satisfacción en frustración porque si anteriormente su deseo deseaba el deseo del otro en tanto que el otro era autónomo, ahora sólo podrá ser reconocido por un simple esclavo que temió a la muerte y sucumbió. En suma el tercer momento es la conciliación que vendría a negar la negación primitiva del deseo vencido que era negar el deseo del otro deseo tratando de imponer su deseo, y lo logra porque en la relación amo y esclavo es el amo quien vive del consumo y el goce de lo que él ser-esclavo produce transformando la naturaleza (materia prima). Cuando el esclavo es postconsiente es porque domina la técnica de producción y su trabajo. Quien transforma la materia hace la historia, el esclavo lo que Marx con profundidad llamo proletariado industrial. En conclusión para entender la dialéctica de la nada Sartreana hay que conocer la dialéctica Hegeliana representada por tres momentos, tesis, antítesis y síntesis. El sujeto que niega el deseo del otro, el sujeto que afirma el deseo vencedor y el sujeto que niega el deseo afirmado. 

El ser no es una estructura entre otras, un momento del objeto: es la condición misma de todas las estructuras y de todos los momentos, el fundamento sobre el cual se manifestaran los caracteres del fenómeno. (Sartre, el Ser y la Nada)

     El fenómeno que el Ser entiende cuando circula entre el no-ser y el Ser son el fenóma (idea final cuando se reflexiona sobre la relación del Ser, el no-ser y el fenómeno) en suma el Ser es el no-ser porque es el Ser del en sí que daría como fenómeno del para sí. Por lo tanto tenemos otra idea dialéctica del fenómeno que atrae al Ser, que sería lo contenido relacional lógico fenoménico.

     El Ser es no-ser. Aristóteles lo llama “comienzo” en la Poética  lo que bien podrá representar el fenómeno porque dice:[1] que es aquello que no sigue necesariamente a otra cosa, sino que tras él naturalmente existe u ocurre otra cosa. Por el contrario, fin es aquello que sigue de forma natural a otra cosa o ya sea necesariamente, ya por regla general, no le sigue ninguna otra. El ser es (Es-Ser) la nada no es (no-Es) el Ser es vacío de algo, de nada, la nada no es vacío es nada del absoluto nada, vacío de vacío sin algo por ser, el Ser es Ser porque es vacío de algo, de la nada. El fenómeno es la modificación de los sentidos propios del fenómeno mediante la reflexión; daría como resultado el fenómeno de la fenomenología.

Las siguientes líneas contienen lo que hoy en día de manera pragmática se ha olvidado por el temor a tener ideas propias, los hombres modernos (sujetos sujetados) creen que pensar bien y ser inteligentes es repetir el discurso del hombre que habla desde afuera y que su belleza estética lingüística nos atrae de forma estúpida a seguir el causa de su posible doble repetición discursiva. Queda acordado que si bien este trabajo es un análisis hermenéutico del trabajo filosófico de Sartre es más un trabajo desarrollativo del existencialismo reflexionado epistemológicamente. En esta sección a modo de complementación y como Sartre lo hace se destacará lo más claro posible las influencias que Ser y Tiempo tuvieron sobre el Ser y la Nada de acuerdo al sub-capítulo IV “la concepción fenomenológica de la nada”.

     Es sabido que Sartre tiene contacto con la obra del filósofo alemán MARTIN HEIDEGGER (el más importante del siglo XX) y también estudia la fenomenología de Husserl.


[1] _ARISTÓTELES, POÉTICA, ALIANZA EDITORIAL, MADRID, ESPAÑA, 2004, pág. 52.