domingo, 10 de septiembre de 2017

Hebert Marcuse, un intelectual en México.



Hebert Marcuse, un intelectual en México.


Nacido en el antiguo Imperio Alemán en 1898 Herbert Marcuse fue un filósofo y sociólogo Berlinés uno de los más importantes miembros de la Escuela de Frankfurt inaugurada en 1923.


Sin duda alguna y pocos pueden sostenerlo, la figura intelectual de Marcuse no solamente se debe al hecho de su éxito adscrito en La ontología de Hegel y la teoría de la historicidad o El hombre unidimensional sino, a su militancia política que tuvo como exégesis en su condición de judío, lo que lo alejó de su maestro Heidegger a quien tanto admiraba y con quien se carteó post la segunda guerra mundial.

Enrique González Pedrero invitó en 1966 a Marcuse para que visitara México e impartiera unos cursos de invierno en la Escuela  de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; el después Gobernador de Tabasco e intelectual egresado de la Sorbona quería que Herbert a quien admiraba y leía con avidez tuviera una participación en los acontecimientos estudiantiles que ya se vislumbraban en todo el mundo y también en nuestro país.
Las conferencias fueron todo un éxito y mantuvo un contacto cercano así como una proyección a posteriori en el pensamiento de los estudiantes hambrientos de una teoría que uniera a dos de los exponentes más tocados en esa época, Marx y Freud. Para cuando Marcuse llego a la Ciudad Universitaria como una coincidencia del destino Erich From impartía un curso en la misma, deseoso de verlo y saludarlo el encuentro (que pudo haber sido interesante) no se concretó en palabras del filósofo Francisco López Cámara quien lo recibió en el aeropuerto.

Sus libros fueron popularizados por catedráticos y estudiantes que los difundieron y apoyaron con la frase “Marx de día y Freud de noche” las exóticas teorías revolucionarias del que fuera alumno de Husserl, Herbert Marcuse apasionaron a toda una generación. La filosofía de Marcuse se explayaba ya con notable lucidez sobre la libertad del sujeto concepto quizá, heredado de los tratados Hegelianos que leyera con mucho entusiasmo en su época doctoral; explicaba en sus cursos del 66’s que el individuo no debería servir como un medio para un fin, que el sujeto mismo era ya un fin.

Otra explicación de su deslumbrante episteme se debe a que para esas fechas ya se había adentrado en otro filósofo disidente y fabuloso como lo fue Jean Paul Sartre a quien conociera tan solo un año después de su visita en México la cual fue para él un verdadero triunfo para su ego; recordemos que Sartre como el mayor intelectual parisino no podía trastabillar y cuando el editor Jonh Gerassi le hace saber que Herbert moría por conocerlo el escritor de El ser y la nada no había leído nada de su colega y no quería ponerlo en ridículo por lo que le solicitó que fuese él quien hiciera las primeras preguntas al miembro de la EF, y Sartre con solo oírlo conocería todo su pensamiento. Y así fue, Marcuse salió contento pues no podía creer que Sartre el hombre que tanto admiraba lo conociera tanto. Sartre no había leído nada de él hasta entonces. Así era Sartre. ¡Un grande!

Dos años después y ya con el álgido movimiento estudiantil del 68 se publicaron los debates que Marcuse tuvo en México junto con otros egregios como André Gorz y Serge Mallet. Para el 8 de Mayo del mismo año el escritor José Emilio Pacheco escribía en su columna de “La cultura en México” la importancia y la penetración del pensamiento de Marcuse en los jóvenes y su metamorfosis de filósofo a líder estudiantil y de masas. Los rebeldes de las sociedades opulentas afirman que el ideólogo de la rebelión moral, política e intelectual era Herbert Marcuse, afirmaba Pacheco.
La proyección en México de la figura eximia de Marcuse se refleja en los artículos y entrevistas posteriores a su visita y así la notable influencia que tuvo en escritores, pensadores, periodistas e intelectuales mexicanos como Monsiváis, Fuentes, Pacheco, González Pedrero y López Cámara, por puntualizar algunos.

Si existió o existe una crítica hacía la militancia de Marcuse en los movimientos estudiantiles del 68 sería su periferia a los núcleos revolucionarios de las capitales europeas como latinoamericanas, porque mientras Sartre era quien en las calles movilizaba a los estudiantes y las gentes junto con otras personalidades como Blanchot, Gorz, Klossowski, Lacan, Lefevre y Nadeau, Marcuse era solo un ideólogo mientras que Sartre era un activo hombre de las calles.

Para finalizar, en 1967 algunos periodistas que informaban sobre los disturbios de Berlín aseguraron que los estudiantes guardaban debajo de sus chaquetas de cuero negro un librito de Marcuse, La tolerancia represiva.


Por Antonio Pérez-Paredes
Docente de primaria y Universidad. 

Cancún, México, 2017

domingo, 3 de septiembre de 2017

La Reforma Educativa, una aproximación



La reforma educativa

“El fin final de la educación no es tanto descubrir cómo saber, y saber no tanto como para ser o llegar al ser”
José Vasconcelos




Una reforma es la modificación de una totalidad. La reforma educativa formulada por el Presidente Enrique Peña Nieto es una reforma estructural, es decir, que realiza o supone, ciertos cambios desde la parte interna como externa, en la interna intervienen los agentes axiales como lo son los maestros, el magisterio y las evaluaciones así como los planes y programas de estudio. En lo que se refiere a la externa, considera primordial la participación de la sociedad civil, los padres de familia, la tecnología y los nuevos métodos prevalecientes en el siglo XXI y sus efectos en la primera década.
Promulgada el 23 de febrero de 2013, es dentro de las reformas estructurales del sexenio la más atacada y comentada, ya que desde un principio el sindicato se opuso radicalmente ante lo que consideraban una pifia contra su integridad magisterial. Sin embargo, como se ha visto desde administraciones anteriores del (PRI/PAN), nunca estuvieron dirigidas a la mejora educativa ni a una evaluación de los resultados (López, 2013). Las reformas han estado encaminadas a construir puentes que favorezcan los intereses políticos de los nuevos poderes en turno, olvidando el fin último de la educación y su esencia para la prosperidad y desarrollo cultural, intelectual y armónico de un país.

Se proyecta como la más innovadora de todas las reformas que ha vivido en rubro de educación esta nación, retoma elementos juaristas como la laicidad de la misma, y determina que es y será, la máquina transformadora de México. La clave de la reforma educativa constitucional es la “calidad” la cual se vislumbra como la oportunidad necesaria de que cada niño de este país tenga mejores maestros y pase más tiempo en la escuela. Intuyendo que, mejores maestros y más tiempo en la escuela repercutirán en el aprendizaje del educando y como consecuencia será mejor, aprenderá de una forma más crítica y transformen a su país. Todas las reformas toman mucho de sus predecesoras, el concepto de calidad es sin duda el más complejo en materia de educación, no sólo es difícil de clasificar, conceptualizar y también por qué no, esgrimir. En ella habita todo un universo de ambigüedades que nos sumergen en ideales muy tangibles si se es optimista.

Los siguientes puntos resumen en breve la reforma educativa:
·       *La educación es laica y gratuita
·       *Mejor calidad en la educación
·       *Inclusión y mayor  inversión a la educación
·       *Maestros capaces frente a grupo
·       *Continua evaluación docente y capacitación
·       *Autonomía de las escuelas

De acuerdo a la reforma educativa, la educación se mejorará gracias a la calidad de la enseñanza, con mejores maestros y extendiendo el horario de clases para que los niños pasen más tiempo dedicados al estudio y a la explotación de sus facultades cognitivas y afectivas. Su meta debe ser fomentar una cultura donde los niños crezcan bien, (Marina, 2009). Gracias al discurso político se da vida al mito de la calidad, la cual resuena en los oídos de todos los mexicanos como una epifanía ante lo que se cree estaba mal. Lo curioso es que se trata de acuñar a este sexenio un término que debió estar siempre en las escuelas, en la formación docente, en el área profesional, en los sectores públicos y privados y hasta en el imaginario social, la calidad es hacer bien las cosas, consientes de cómo se deben hacer y el para qué y quienes se hace. Es quizá, lo más fundamental de toda visión de un Estado libre y soberano.

Este mito es alimentado por la apertura dentro de la reforma de la equidad e igualdad de oportunidades como si esto no fuera trabajo de reflexión de las materias de ciencias sociales y el civismo en las escuelas, el problema es que en el aula se estudia pero en la casa y las calles no se complementa con valores y la educación misma que viene de los padres.

Uno de los puntos a analizar es la evaluación docente, la cual tiene como meta la mejora y el desempeño superior de maestros frente a grupo, de inmediato intenta esquivar los rumores que hablan acerca de que serán destituidos y que perderán su empleo, se enfocan en diagnosticar que no puede haber calidad sin maestros bien capacitados y que dichas capacitaciones serán otorgadas por el gobierno y serán completamente gratuitas, cuidando y protegiendo al gremio magisterial y todos sus derechos.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación será la encargada de realizar dichas evaluaciones, empero, a merced de los diferentes grupos en el país de maestros que se niegan a ser evaluados y que realizan paros y manifestaciones el gobierno así como las SEP se han mostrado al margen si es que no, indiferentes y solo responden lo de siempre, que las evaluaciones serán aplicadas aunque estén en contra. Realmente el docente debe ser evaluado, pero debe ser evaluado en su campo, en clase, esa debe ser la de mayor peso, los conocimientos son de suma importancia así como la técnica, pero sólo, -y esto lo dicen los maestros-, quien está frente a grupo, sabe cómo debe ser evaluado. El docente es el profesional más importante para un país, es la guía, el pedagogo de la nación, deberá recibir un sueldo que le permita tener una vida digna, que le propicie para una formación cultural, que se supere por medio de posgrados y cursos, que pueda solicitar becas para estudiar en el extranjero y se le concedan sin perder su trabajo y que al regreso aplique lo aprendido, debe amarse al docente para que este no se sienta parte del sistema, un empleado más, que recibe un sueldo más. 

El docente es la piedra filosofal de la escuela.
De gran importancia es, la participación del sector privado y social en los rubros de la educación, según la reforma brindará mejoras en la calidad que recibirán los niños de este país. Tal parece que jamás hubieran participado, como si las escuelas técnicas no fueran una fábrica que provee mano de obra barata para las empresas del sector en el que se hallen. Que es mentira el sueño de los técnicos universitarios de sentirse ya en un nivel superior pues es como tener dos preparatorias, allí, es donde interviene directamente el sector privado y sus intereses son apostados a cambio de una enmarcación de discursos políticos sobre los grandes logros a futuro de esta mal llamada Reforma Educativa.

Lic. Antonio Pérez-Paredes
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