miércoles, 16 de junio de 2021

👓Jean Piaget: ¿Por qué la pedagogía es en tan escasa medida obra de los pedagogos?🤔

 

Piaget, una vida consagrada a la actividad científica 



 

¿Cuál es el fin de esta enseñanza? ¿Acumular conocimientos útiles (y útiles, ¿en qué sentido?)? ¿Aprender a aprender? ¿Aprender a innovar, a producir algo nuevo en cualquier campo, tanto como a saber? ¿Aprender a controlar, a verificar o simplemente a repetir?

Jean Piaget, Psicología y pedagogía, pág. 19

 

 

Con el frugal título de “Piaget Biografía” la Revista Colombiana de Psicología conmemoraba en 1997 la vida y obra de unos de los pensadores axiales del siglo XX, y que con gran erudición y cientificidad aportó al campo de la psicología educativa y pedagogía científica, uno de los cuerpos teóricos más eximios aplicados a esferas educacionales y sociales. Piaget fue un niño con una avidez muy temprana hacia la ciencia, lo que lo llevó a publicar a la precoz edad de diez años un “artículo” sobre un gorrión albino, mismo que envío a una revista de historia natural en su ciudad natal. Ya desde infante mostró interés naturalista por los pájaros, los fósiles y las conchas marinas.

 

 

 

¿Quién fue Piaget?


En su autobiografía dice; “Yo nací el día 9 de agosto de 1896 en Neuchâtel, en Suiza. Mi padre que vive todavía, ha consagrado sus escritos principalmente a la literatura medieval, y en una mínima proporción a la historia de Neuchâtel. Es un hombre de espíritu escrupuloso y crítico, a quien no le gustan las generalizaciones precoces, y que no teme entablar una polémica cuando ve la verdad histórica deformada por el respeto a las tradiciones[1]. De su círculo familiar intelectual imitó la constancia objetiva en sus investigaciones, de las que se desprende un lenguaje docto, -inusual- hasta ese momento para explicar los procesos de desarrollo cognitivo que ya se estudiaba en Rusia por el equipo de Vygotsky. Junto con él, sembraron las bases de una teoría muy reconocida actualmente, discutible es, el hecho de que Piaget es protagonista esencial de dichos aportes psicológicos experimentales. Es decir, Piaget no era un improvisado.

 

Fue bautizado con el nombre de Jean William Fritz Piaget. Fue asistente de Paul Godel quien dirigía el Museo Natural de Historia de Neuchâtel, a quien le había escrito para poder estudiar con escrupulosidad los fósiles y las conchas marinas, inclusive le propusieron ser ‘conservador’ de las colecciones, pero rechazó. Se interesó por la epistemología que estaba de moda en Europa, seguramente tuvo contacto con el Funcionalismo estructural, que advertía que los organismos al igual que las sociedades pueden ser explicadas desde lo homogéneo indefinido a lo heterogéneo definido, pues su primer gran trabajo quiso consagrarlo a explicar la evolución biológica del conocimiento.

 

Su vastísima curiosidad le impulsó a entregarse de lleno a cuántos libros llegaban a sus manos, “…Piaget vislumbraba la posibilidad de relacionar la epistemología con la biología por el cauce de la psicología, antes que por el de la filosofía. Sin embargo, no era ello óbice para que leyese cuantas obras de filósofos podía agenciarse: Kant, Spencer, Auguste Comte, Fouillée y Guyau, Lachelier, Botroux, Lalande, Durkheim, Tarde, Le Dantec, y en psicología, James, Ribot y Janet[2]. A la edad de veintiún años presentó su tesis sobre zoología, se licenció y doctoró (1918) en biología en la Universidad de su ciudad natal. A partir de 1919 inició su trabajo en instituciones psicológicas de Zúrich y París, donde desarrolló su teoría sobre la naturaleza del conocimiento.

 

Fue profesor en el Instituto Rousseau donde enseñó psicología infantil y sucedió a su mentor Reymond en 1925 ocupando su cátedra vacante en Filosofía en la Universidad de Neuchâtel. Dictó clases para la asignatura “Historia del pensamiento científico” en la Universidad de Ginebra en 1929 a la par que dirigía el Instituto Rousseau donde había colaborado, en el año treinta y nueve fue electo profesor de la materia de sociología en Ginebra, cátedra que aceptó sin que le consultasen previamente, esa estancia la dedicó a consagrar sus estudios en diferentes investigaciones, lo que en un futuro se recopilaría en su Études sociologiques.

 

Los Essai de logistique opératoire son publicados después de 1950 cuando ya dedica, tiempo y esfuerzo intelectual en su vieja ambición de una epistemología genética. En el 56’s presenta un riguroso examen supervisado por la Fundación Rockefeller el cual aprueba y le conceden una beca para crean el Instituto de investigaciones genéticas en la Universidad de Ginebra, en donde los más variados especialistas trabajaban e investigaban temas de física, filosofía, matemáticas, psicología, entre otras.

 

Realizó múltiples estudios y escribió un gran número de libros; las obras más importantes de Piaget son El lenguaje y el pensamiento en el niño (1923); La representación del mundo en el niño (1926); El nacimiento de la inteligencia en el niño (1936); La psicología de la inteligencia (1947); Tratado de lógica (1949); Introducción a la epistemología genética (1950) y Seis estudios de psicología (1964).

 

 

 

La crítica a la pedagogía

 

Después de haber recorrido brevemente el quehacer de Jean Piaget, es normal que se genere en nuestras ideas, la imagen de un clásico humanista científico, como quizá no lo ha habido hasta la fecha, a pesar de ello, ronda entre la pedagogía y los estudiosos de la misma, la simplista conclusión de que los aportes de Piaget consagran la muy debilitada ciencia pedagógica, hasta tal punto que la encierra en un marco psicológico puro del que muchos no pueden salir. ¿Fue Piaget pedagogo? Evidentemente no, pero estuvo muy cerca de la praxis pedagógica (la docencia) como no lo estuvo Rousseau, y a pesar de ello, pareciera que es más pedagogo que el mismo Piaget. ¿Qué ocurre con los pedagogos que no hacen pedagogía y con los que no son pedagogos y hacen pedagogía? Esa es la línea teleológica de la crítica fundamental de Jean Piaget.

 

 

En 1969 publicaba Psicología y pedagogía donde evidenció el estado de la pedagogía como ciencia. En ella escribe su asombro al percatarse de que no hay pedagogos científicos, y decir “pedagogos científicos” es afirmar que los hay, pero sin método. Hoy en día se sigue la misma problemática metodológica, ¿se trata de una ciencia secundaria o de una ciencia positiva? ¿Es una ciencia estricta o una sucursal de la psicología? No olvidemos un claro ejemplo con Kant, no era pedagogo, pero impartió en la Universidad de Königsberg las clases de pedagogía, “materia que se consideraba complementaria hasta tal punto de no contar con un profesor específico”[3].

 

Escribe Piaget; “¿Por qué la pedagogía es en tan escasa medida obra de los pedagogos?, …La verdad es que en nuestras sociedades la profesión de educador no ha alcanzado aún el status normal al que tiene derecho en la escala de valores intelectuales. Un abogado, incluso si no tiene un excepcional talento, debe su consideración a una disciplina respetada y respetable como es el derecho y cuyo prestigio corresponde a cuadros universitarios bien definidos. Un médico, aun cuando no haya curado a nadie, representa una ciencia consagrada, difícil de adquirir. Un ingeniero representa, como el médico, una ciencia y una técnica. Un profesor de universidad representa la ciencia que enseña y que se esfuerza en hacer progresar. Por el contrario, al maestro de escuela le falta un prestigio intelectual comparable, y eso a causa de una serie extraordinaria de circunstancias bastante inquietantes[4]”. Lo que Piaget diagnóstica es vigente hasta nuestras fechas, los docentes de educación básica no son pedagogos, siguen un plan de estudios, pero no hacen investigación, (investigaciones que Piaget por su parte llevaba a cabo), estudios que demostraban con resultados y datos, de forma empírica, los procesos intrínsecos a los que los alumnos eran sometidos. ¿Cómo debe investigar un pedagogo? O, mejor dicho, ¿Qué debe investigar? ¿Cuál es su objeto de estudio? ¿Es el objeto de estudio de la pedagogía exclusiva de la pedagogía?

 

En la actualidad la pedagogía goza de un prestigio que se establece mediante los estudios y grados académicos alcanzados, si bien, existen pedagogos que investigan, muchos de ellos inclusive, si se quieren dedicar a trabajar sobre la inteligencia de los niños, no pueden enajenarse de las propuestas y teorías psicológicas como si de otra ciencia se tratara. Y es que depende mucho de otras, no se ha cerrado categorialmente y ese es el problema más serio que aqueja a dicha disciplina científica. Pasa a ser una mera práctica lúdica para muchos especialistas, quienes no ven con agrado que un pedagogo pueda criticar las teorías del aprendizaje como si de árboles inamovibles de trataran. Por el contrario, el pedagogo que ha cursado sus estudios con objetividad y se dedica a la enseñanza, es generador de forma paidéica de una teoría unificadora que es la del proceso enseñanza-aprendizaje, como el mismo objeto de estudio. Se requiere entonces delimitar hasta dónde, otras ciencias pueden intervenir en la nuestra y esa es una acción proyectiva que en los propios pedagogos debe emanar.

 

Aspirar a ser cultos, a leer lo más que se pueda de historia de la pedagogía para comparar cómo se han comprendido los métodos del pasado y por qué muchas veces, ‘lo pasado’ ya no debe seguirse empleando porque recae en el grupo denominado como “escuela o método tradicional”. ¿Puede el proceso enseñanza aprendizaje anclarse únicamente a categorías temporales como para afirmar que el modo en que se enseñó en la antigüedad es anacrónico en nuestros días? Piaget no lo logró vislumbrar, había algo de lo que carecía, “no conocía a profundidad la pedagogía”, tanto, así como para considerarse él mismo, un único teórico digno de la pedagogía, sin serlo.

 

No demerita su interpretación a la pedagogía, por el contrario, muchos pedagogos hasta hoy en día no se han leído ni un libro completo de Piaget, pero compran la idea y sus propuestas psicológicas genéticas como la panacea de la pedagogía. No se atreven a criticarlo ni mucho a menos a afirmar que se ha equivocado, o si viviera, el poder preguntarle, ¿Cómo lo aplicaría al día, día de una clase con niños de tercer grado de primaria? Por ejemplo.

La crítica de Piaget es, por lo tanto, nacida desde el suelo de la ciencia experimental, (lo cual es mejor que creer que la educación o la pedagogía es un acto de amor, frase por más cancerígena para la ciencia educativa), lo que en esencia trata de expresar es que los pedagogos de su tiempo, y los que le antecedieron, no eran o nunca dieron clases, lo cual es primordial para la experiencia docente; la ya clásica expresión magisterial, ¡Pon a prueba los métodos siendo un docente activo y verás la realidad del método! Cuando Piaget recorre el historial de los que han sido considerados grandes pedagogos se da cuenta que “Comenius creó y dirigió escuelas, pero su formación era teológica y filosófica. Rousseau no dio clases y, si tuvo hijos, se sabe que se ocupó muy poco de ellos. Froebel, el creador de los jardines de infancia y defensor de una educación sensorial (por otra parte, muy insuficiente), era químico y filósofo. Herbart era psicólogo y filósofo. Entre los contemporáneos, Dewey era filósofo, María Montessori, Decroly, Claparéde eran médicos, y los dos últimos, además, psicólogos. Pestalozzi, quizás el más ilustre de los pedagogos que únicamente era educador (muy moderno, por otra parte), no ha inventado realmente nada nuevo en cuanto a métodos o procedimientos, a no ser, acaso, el empleo de las pizarras, y aun por razones de economía...[5]. Es curioso que no mencionara al gran pedagogo Juan Luis Vives, o a Quintiliano, o a Locke, quienes sí desempeñaron labores docentes y fueron por mucho, y por encima que el propio Piaget, “grandes pedagogos[6]”.

 

El mismo Vygotsky que para la fecha en que Piaget realizaba sus primeros estudios, el equipo de trabajo conformado por el autor antes mencionado, Luria y Leontiev, ya analizaban y criticaban las teorías piagetianas. En “Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar” Vygotsky define la teoría de Piaget como, -extremadamente compleja e interesante-, en donde analiza y compara, la propuesta de Piaget de estudiar el desarrollo del pensamiento del niño, de forma muy independiente al proceso de aprendizaje, “Para Piaget se trata de una cuestión de método y no de una cuestión referente a las técnicas que hay que usar para el desarrollo mental del niño. Su método consiste en asignar tareas que no solo son completamente ajenas a la actividad escolar, sino que excluyen también toda posibilidad de que el niño sea capaz de dar la respuesta exacta. Un típico ejemplo que ilustra los aspectos positivos y negativos de este método son las preguntas utilizadas por Piaget en los coloquios clínicos con los niños. Cuando a un niño de cinco años se le pregunta por qué no se cae el sol, no solo es evidente que no sabe la respuesta justa, sino que, aunque fuera un genio, no podría imaginarse una respuesta que se acerque a la correcta[7].

 

 

Fuentes de la teoría del desarrollo cognitivo

 

La teoría del desarrollo cognitivo del niño o del infante es el nombre de las aportaciones psicológicas, biológicas, epistemológicas y genéticas de Jean Piaget, como una teoría total, es imposible hallarla en un solo libro, su extenso aporte metodológico puede estudiarse en sus múltiples libros y artículos que proliferaron durante su vida. En “Seis estudios sobre psicología” “Psicología de la inteligencia” “Biología y conocimiento” “El papel de la acción en el desarrollo del pensamiento” “Lenguaje y pensamiento en el niño” entre muchas otras, se enlistan como la fuente de su pensamiento científico vital y pedagógico. En “Seis estudios sobre psicología” Piaget concatena todos sus conocimientos psicológicos y científicos de sus anteriores estudios lógico-genético-epistemológico para la explicación de cada una de las etapas de su TDC; “El desarrollo psíquico que se inicia con el nacimiento y finaliza en la edad adulta es comparable al crecimiento orgánico: al igual que este último, consiste esencialmente en una marcha hacia el equilibrio. De igual forma, en efecto, que el cuerpo evoluciona hasta un nivel relativamente estable, caracterizado por el final del crecimiento y por la madurez de los órganos, también la vida mental puede ser concebida como si evolucionara en la dirección de una forma de equilibrio final representado por el espíritu adulto. Así pues, el desarrollo es, en un sentido, un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de un estado menos equilibrado a un estado superior de equilibrio[8].

 

 

Para la fecha que Piaget inició sus estudios, -como mencionamos anteriormente-, en gran parte de las Universidades y centros de estudios, estaba terminando el apego al positivismo y la teoría de Spencer sobre la ley general de evolución que subdividía en tres etapas; a) la inorgánica, que comprendía la astrogenia y la geogenia; b) la orgánica, que comprendía los procesos físicos y psíquicos; c) la superorgánica, que comprendía los procesos sociales. Este esquema retrata a la perfección la necesidad de Piaget de describir el desarrollo psíquico como el crecimiento orgánico. Para dicho ejemplo se usaba las fases de una rana, desde el huevo, pasando por el renacuajo hasta la rana adulta.

 

 

Las etapas o estadios de la TDC

 

Primer estadio o etapa sensorio-motora (del nacimiento a los 2 años)

Lo que define esta etapa es la obtención de conocimiento a partir de la interacción física con el entorno inmediato y la asimilación del mundo exterior; “esta «asimilación sensorio-motriz» del mundo exterior inmediato lleva a cabo, de hecho, en dieciocho meses o en dos años, toda una revolución copernicana en miniatura: mientras que en el punto de partida de este desarrollo el recién nacido lo refiere todo a sí mismo o, más concretamente, a su propio cuerpo, en la meta, o sea cuando se inician el lenguaje y el pensamiento, el niño se sitúa ya prácticamente, como elemento o cuerpo entre los demás, en un universo que él ha construido paulatinamente y que siente ya exterior a sí mismo[9].

 

 

Segundo estadio o etapa preoperacional (de los 2 a los 7 años)

E, esta segunda etapa empiezan a ganar la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, actuar y jugar siguiendo roles ficticios y utilizar objetos de carácter simbólico, la comunicación es sumamente importante en esta parte porque, “Con la aparición del lenguaje las conductas se modifican profundamente en su aspecto afectivo e intelectual. Además de todas las acciones reales o materiales que es dueño de efectuar al igual que durante el período precedente, el niño es capaz, mediante el lenguaje, de reconstituir sus acciones pasadas bajo la forma de relato y de anticipar sus acciones futuras mediante la representación verbal[10].

 

 

Tercer estadio o etapa de las operaciones concretas (de los 7 a los 11 años)

Empieza a usarse la lógica para llegar a conclusiones válidas relacionado con cosas concretas, aparece la transición entre los hábitos y los actos de inteligencia, importante reconocer que es en esta etapa, donde muchos sistemas escolares del mundo comienzan a aceptar estudiantes en los primeros grados de estudio; “El promedio de edad situado en los siete años, que coincide con el principio de la escolaridad propiamente dicha del niño, señala un giro decisivo en el desarrollo mental. En efecto, asistimos, en cada uno de los aspectos tan complejos de la vida psíquica, tanto si se trata de la inteligencia o de la vida afectiva, de las relaciones sociales o de la actividad característicamente individual, a la aparición de nuevas formas de organización que completan los esquemas de las construcciones presentes durante el período precedente y les aseguran un equilibrio más estable, inaugurando también una serie ininterrumpida de nuevas construcciones[11].

 

Cuarto estadio o etapa de las operaciones formales (de los 11, 12 en adelante)

El niño/alumno utiliza la lógica para llegar a situaciones concretas y abstractas, se observan actos de inteligencia superior, comenzará a usar los esquemas de conocimientos conocidos para asimilar el objeto de su interés; “A los once o doce años, cuando se ha iniciado este pensamiento formal, es posible la construcción de sistemas que caracterizan a la adolescencia: las operaciones formales facilitan, efectivamente, al pensamiento un poder totalmente nuevo, que equivale a desligarlo y liberarlo de lo real para permitirle trazar a su antojo reflexiones y teorías[12].

 

 

Una vida científica

 

Existe un antes y un después en las ciencias humanas y en la pedagogía con la figura ínclita de Piaget, teórico lúcido como pocos, hacedor de contenidos sumamente interesante y que modificaron la forma de percibir la educación y sus procesos internos como externos. “Piaget influyó en nuestra forma de concebir el desarrollo del niño. Antes que propusiera su teoría, se pensaba generalmente que los niños, eran organismos pasivos plasmados y moldeados por el ambiente. Piaget nos enseñó que se comportan como ‘pequeños científicos’ que tratan de interpretar el mundo[13].

 

 Tras su muerte el periódico “El país” publicó la siguiente nota:

 

“El profesor Jean Piaget, psicólogo y pedagogo suizo de renombre mundial, murió ayer en Ginebra a la edad de 84 años, según se supo de buena fuente. Autor de trabajos sobre el desarrollo del pensamiento y del lenguaje en los niños y de epistemología genética, el profesor Piaget era miembro de numerosas sociedades científicas y doctor honoris causa de una treintena de universidades”.

 

 

 

 

Antonio Pérez-Paredes (1992- )

Licenciado en Pedagogía por la Universidad del Sur. Ha participado como ponente en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP) en varias ocasiones; “Foros universitarios; El holocausto y su impacto en los derechos humanos (2013)” “El genocidio y otros delitos competencia de la Corte Penal Internacional (2014) como moderador en la Universidad Tec-Milenio” “Alianza Internacional Universitaria por la Paz (2015) en la Universidad Politécnica de Quintana Roo” “ Educar para recordar: El holocausto y los derechos humanos (2016) en la Universidad del Sur”. En 2018 participó en el “Simposio de Autonomía Curricular, realizado en el Tec-Milenio” en 2019 recibió la certificación de competencia laboral en el “Uso didáctico de las tecnologías de información y comunicación en procesos de aprendizaje” y en 2020 la constancia en su participación del curso “Convivencia escolar desde la perspectiva de los derechos humanos (por la CNDH)”. Actualmente es profesor en el Colegio Mano Amiga Cancún y en la Universidad del Sur.



[1] Piaget, Jean, Autobiografía, El nacimiento de la inteligencia, Ediciones Caldén, pág. 29

[2] Revista Colombiana de Psicología, Nos. s-e AÑO MCMXCVII U. NACIONAL DE COLOMBIA BOGOTA, D.C

[3] Prólogo a la Pedagogía de Kant. Akal ediciones 2018 pág. 7.

[4] Piaget, Jean. Psicología y pedagogía, Crítica editorial, España, 2001, pág. 17-18

 

[5] Ibídem.

[6] Sobre este tema hay un estudio exquisito sobre la vida y obra de diferentes figuras de la pedagogía y la educación. el libro lleva por nombre “Los grandes pedagogos” estudios bajo la dirección de Jean Château, catedrático de filosofía y doctor en letras. Es profesor de psicología y de pedagogía en la Universidad de Burdeos. El FCE ha publicado la obra desde 1959. Curioso que Piaget no aparezca entre los ensayos, dando entender así que no es considerado como un ‘gran pedagogo’.

[7] Vygotsky, Luria, Leontiev. Psicología y pedagogía, Akal ediciones, España, 2007, pág. 24

[8] Piaget, Jean, Seis estudios de psicología, Editorial Labor, España, 1991. pág. 11

 

[9] Ibídem, pág. 18

[10] Pág. 28

[11] Pág. 58

[12] Pág. 86

[13] Linares, A. R. Desarrollo cognitivo; Las teorías de Piaget y Vygotsky, Universitat Autònoma de Barcelona, Col-legi oficial de Psicòlegs de Catalunya, 2008.