sábado, 4 de noviembre de 2017

¡QUÉ LOS MATEN A TODOS!


¡Qué los maten a todos!

La clase media baja y alta son una peculiaridad en la Ciudad de Cancún, tal parece que el juego dialéctico que provoca la historia en este destino turístico son protagonizados por estas dos. Mientras que la clase media baja aspira a ser alta la clase media alta aspira a ser solamente alta. Y cada una tiene que negar su pasado o su pasado le va alcanzar y por lo tanto lo reniega.  Pero no vamos a desarrollar aquí ni mucho menos es preciso, una interpretación Hegeliana de los hechos ocurridos y de los que es mella acatar.

La violencia es sin duda ya un fenómeno latente en esta Ciudad, todos los días hay manifestaciones de terror, de lo común para muchos. Que todos los días haya más de un ejecutado es demasiado, creo yo, una burla para los ojos, para la mirada, la cual debería nutrirse de imágenes bellas todos los días. Esas imágenes de terror luego se convierten en palabras.

¿Quiénes sufren todo esto, es decir quiénes son las clases sociales que más padecen esto?  La clase baja no tiene tiempo para pensar en eso, ellos solo buscar poder tener un plato de comida todos los días, la clase alta tampoco, porque está muy entretenida en su mundo estético y de opulencia, además ellos pagan seguridades y sus casas están ubicadas de tal modo que ni en sus sueños un ciudadano común pueda llegar a conocer.  Los que padecen todo son la clase media baja y la clase media alta; ¡cómo lo sufren! La clase media baja que ya no es baja aunque lleve el nombre, ya no quiere ser clase media baja, aspira a ser media alta, para eso tiene que sentirse diferente a los de la clase baja, y trata de vivir como lo hace la media alta, y por lo tanto nace aquí el racismo social a lo diferente. A lo que consideramos que es diferente. Por su parte la clase media alta que ya para nada recuerda de su pasado media baja, quiere dejar de ser media alta y pasar a ser alta. Por lo tanto procura visitar los lugares que visitan las clases altas aunque solo lo haga una vez al mes.

Estas dos clases media baja y alta, son las responsables de la visualización panóptica de lo que ocurre en la ciudad, es en el seno de esas dos clases que se gestan las ideas y las rebeliones. Son el núcleo de la condición humana de esta ciudad. Con este breve marco conceptual quiero introducir mi pensamiento que ha venido a mi cabeza casi como lo hiciera Descartes cuando cuenta su propósito junto a un leño, no. Pero sí debo aclarar que es interesante y debiera serlo para motivo de estudio por algún especialista en estudios etnográficos o por simple ocio intelectual. Y es que esas dos clases sociales son también las constructoras de las primeras ideas en torno a dar una solución rápida y eficaz a lo que consideran que ya llegó a su límite.

Cuando se refieren a un grupo delictivo, rateros, violadores (con ellos se ensañan más), políticos, sucesos importantes, arribo de extranjeros. Exacto, el cancunense no soporta a los extranjeros, pero solamente cuando siente que los están invadiendo o son víctima o victimarios de algo que no toleran. Siempre emplean la frase “que los maten”.
A principios de 2008 y en adelante un gran número de Chiapanecos llegaron a Cancún para trabajar y pensando que les iría mejor. Muchos de ellos son empleados informales o vendedores ambulantes. Muy pocos se integran a un hotel o una empresa constituida. Bueno, llegó un momento en que, al Chiapaneco se le comenzó a discriminar violentamente, se le discriminaba verbalmente, (que te digan chiapita sin serlo era una ofensa) a ese grado llegó la clase media baja y media alta. Y también decían lo mismo, “que los maten a todos” claro, sin concretarse. Pero ideas no faltaron. Pero como Cancún es una ciudad donde se labora entre semana y los fines la gente se des-estresa, pues tiene cierta movilidad, los sentimientos no logran estancarse fácilmente, y si los hay se vuelven se vuelven casos estadísticos como los suicidios que tiene un alto índice en  este destino paradisiaco.

Ahora ocurre algo parecido con estas clases pero con los cubanos. Y esto lo despertó el suceso de ayer cuando balearon a un cubano entre Uxmal y Yaxilan en la ciudad de Cancún. Las clases media baja y media alta dijeron; “es que ya hay muchos cubanos, están por todos lados, nos están invadiendo, y luego traen sus problemas, qué los maten a todos”.

Es esta misma clase, para ser específicos la media lata que le pide favores a la clase alta, porque hasta entre la clase media alta hay niveles, se dividen en dos, los que viven de lado derecho de la Portillo y los que viven de lado izquierdo. Por ello hay dos Plazas las américas, para que los que viven en la periferia no vayan al centro, porque no se deben sentir de centro.

Resulta interesante como, este pensamiento que quizá yace en el subconsciente del habitante de esta ciudad  y que le da movilidad a la historia de su pasado y presente sea también el único medio de transformación social.


Por: Lic. Antonio Pérez-Paredes