miércoles, 9 de diciembre de 2020

📚 La interpretación de educación en la cuatripartición de Pitágoras de Samos

 





La interpretación de educación  en la cuatripartición de Pitágoras de Samos

 

 

Pitágoras vino al mundo hacia la cuarenta y siete olimpíada, cuatro generaciones después de Numa, como sólidamente ha establecido Dionisio de Halicarnaso, es decir, quinientos noventa años antes de Jesucristo. Nabucodonosor reinaba entonces en Babilonia y profetizaban en aquellos días los profetas Ezequiel y Daniel.

Amadeo Dacier, Vida de Pitágoras, pág. 34

 

 

 

 

En el libro V de Lengua Latina escrito por Varrón, aparece la interpretación de la cuatripartición que sostiene a todas las cosas del mundo, para ello el autor cita al matemático mítico, Pitágoras de Samos[1], quien fue muy famoso en su época y cuya nombradía trascendió la nuestra, del que no se tiene registro que haya escrito nada, sus enseñanzas fueron transmitidas y divulgadas por sus discípulos.

 

Pero, ¿Quién fue Varrón?

 

Nacido en Rieti (116-27 a. C) antigua capital de Sabinia en Lacio, Italia, hoy capital de la provincia de Rieti, fue llamado Marco Terencio Varrón, en latín ‘Marcus Terentius Varro’ fue un erudito, filósofo, escritor, historiador, poeta, polígrafo, gramático, militar y funcionario público ocupando distintos cargos en los que destacan cuestor pretor. Es considerado uno de los hombres que más influencia dejó en los escritores posteriores, llamado también como el primer gran humanista y un hacedor, tanto, que en sus escritos de medicina tal como sugiere Josef Lobel (autor de una Historia sucinta de la medicina mundial) no sin asombro se interroga: ¿Descubrió las bacterias este profano de la medicina?[2] Los elogios a este grande de las letras latina llegó hasta el poeta Petrarca quien lo llamó <il terzo gran lume romano>[3]. No solo la vida de Varrón fue digna de admirar, vivió en una época dura, donde las causas de la muerte nunca eran por algo natural, él, un nonagenario murió por causas naturales, dejando un legado impoluto y entre los laureles del éxito por sus servicios, dejó obras de incalculable valor, entre las que más se destacan se halla La lengua latina o Acerca de la lengua latina, un tratado sistemático de la historia de la lengua latina. Ludwing Bieler en su Historia de la literatura romana dice que; Los escritos  varronianos, más de 600 libros, se estudiaron intensamente hasta las postrimerías de la Antigüedad y los aprovecharon los compiladores, razón por las que las obras originales se han ido perdiendo; pero se conservan en gran parte los frutos de la investigación de Varrón[4].


El final del gran científico y practicante devoto del ocultismo y la adivinación parece haber estado obnubilado por el misterio, Varrón, pidió ser enterrado de acuerdo a los ritos místicos pitagóricos, según cuenta Plinio en Historia natural (35-160). Hasta aquí con Varrón.

 

Sobre algunas consideraciones de la educación

 

Hablar de educación[5] como ahora lo entendemos de forma subjetiva, la educación como una especie de distribución, no puede tener, en efecto, la misma posibilidad de comprensión, que si analizásemos a fondo, la educación del periodo que aconteció la época de Varrón, por lo que, nuestra aproximación será meramente una interpretación de lo que Varrón cita en su libro De lengua Latina.


En el inicio del libro V, 11, Varrón al hablar de Pitágoras[6] dice:

“Pitágoras de Samos afirma, que los principios de todas las cosas se presentan de dos en dos, como finito e infinito, bueno y malo, vida y muerte y día y noche. Por eso, de la misma forma son dos estado y movimiento, ambos divididos en cuatro partes: lo que está quieto o en estado de movimiento, es cuerpo; donde se halla en estado de movimiento, lugar; mientras se halla en estado de movimiento, tiempo; lo que es esencial en el estado de movimiento, acción”.


La cita probablemente viva en tiempos de Varrón constituye el crisol de un pensamiento “divino” sobre la relación de las cosas con los números, a los que la secta pitagórica entregaba su logos. Los números eran para dicha secta y sus discípulos posteriores, el inicio y fin, además de causa y consecuencia de todas las cosas. Está claro pues, que no es posible aventurarse a afirmar, que existía una consciencia vivificadora de lo que podría llamarse una relación directa entre el pitagorismo ocultista de Pitágoras y la paideia. Rafael Urbano el prologuista de la versión española de la obra de Dacier dice acerca de lo que se menciona anteriormente; “Pitágoras no hizo solo una teoría filosófica, sino que dio una explicación general del universo para satisfacción de las aspiraciones mentales (científicas) y de las aspiraciones del sentimiento (religiosos). El pitagorismo pues, se nos ofrece como la primera teología científica de Occidente”.


Marco Terencio Varrón continua y dice; “La cuatripartición parecerá más evidente así: cuerpo es, por ejemplo un corredor; lugar, el estadio por donde corre; tiempo, la hora durante la que corre; acción, la carrera”. Ofreciéndose así, nos es de total claridad suponer, que para los tiempos en que se estudiaba y aprendía en la época clásica, esta educación era parte de la superación de la iniciación de los misterios, forma de enseñanza que imitarían años después los primeros cristianos y que se ofrecía como ejemplo de lo que se podía aspirar a saber, bajo los ritos de las múltiples sectas doctrinales desde tiempos de Sócrates hasta el maestro de Roma, Quintiliano.


La educación en tiempos de Varrón, que es la base del pensamiento mismo del autor, debe ser considerada como una educación panhelénica[7], en donde la influencia de la filosofía y las artes griegas dan autoridad a las enseñanzas románicas de la república, recordemos que Varrón en el año 45 viajó a España por disposición de Pompeyo y que el mismo César lo nombró director de una ostentosa biblioteca. Por lo que nuestro análisis es sutil ante las delicadezas de la época, pero no sacrílega en cuestión de la forma y el fondo.


La educación podría ser, vista desde lo que Varrón interpreta, finita, tiene un inicio y un fin, como fenómeno que aparece, y como el individuo que nace, aprende y muere; infinito, en el sentido de la trascendencia, que supera el objeto mismo de estudio, el conocimiento preciso sobre aquello, (el ejemplo de esto puede verse en lo que constituye gran parte de la educación humanista de nuestras escuelas). La educación como formadora de hombres buenos, útiles, capaces de contribuir en las guerras, “solo quieren formar ciudadanos y soldados obedientes y abnegados…no les importa absolutamente el cultivo del espíritu”[8]. Y mala en la acepción de no contar, en un inicio en otra cosa que la imitación, si pudiera decirse, de una educación espartana, más que la del desarrollo de la episteme.


Con lo anterior, no se desea reflejar, que hubo una marcada diferencia entre la educación griega, la romana y la que la mayoría de los países hoy en día llevan a la práctica, en sus políticas educativas internas, pero es menester destacar cómo, dicha educación sufrió los efectos de las distintas etapas que vivió Roma; Monarquía, República y el Imperio, tal como cualquier país posterior a esa época, fue modificando la concepción de la educación para sus ciudadanos y sus intereses.

 

La educación cuatripartita  

 

El proceso de enseñanza ha sufrido distintas modificaciones mentales, desde lo que se considera que fue, cómo fue y el influjo que dotó a las civilizaciones posteriores, así como el sentido evidente de que al hablar de educación, se sabe de qué se habla, para no recaer en ello, es axial, permanecer en los márgenes de la interpretación Pitagórica, que es el cuerpo de interés de dicho escrito.


Analizando la cuatripartición del esotérico de Samos, cuerpo es por ejemplo, el niño, el educando, el alumno, aquel que físicamente existe y se dispone a aprender y/o asistir a la escuela, elemento primordial, -junto al docente-, del proceso de enseñanza aprendizaje, cuerpo es también el del maestro[9], aquel que enseña, del que se desprende un conocimiento que el alumno debe rescatar y hacer propio; lugar, es por ejemplo, el sitio donde se lleva  a cabo la educación, la enseñanza, el proceso transmisor, o sea, la escuela, el instituto, el colegio, (en tiempos de Varrón no era suficiente asistir solamente al Forum o el Senado, si se quería aspirar a un cargo digno se requería que la persona supiera leer y escribir en contraste con solo saber usar la espada), esta educación era escalonada, -como en nuestros días-, se debía cursar primero la Gramática y luego la Retórica, que se dividía a su vez en dos niveles, los que aprendían a leer y escribir y  a los que se les explicaban los textos. El tiempo, por ejemplo, las horas en las que el  estudiante debía permanecer en sus lecciones, a veces impartidas  por un ludi magister, un pedagogo o un gramático y por último la acción, por ejemplo, el proceso mismo, el de enseñanza por parte del maestro y aprendizaje por parte del alumno.


Dicho proceso desde tiempos clásicos requiere de la disposición y no tanto del juego, para que pueda llevarse a cabo, es común entre los historiadores de la educación y la pedagogía, que en esa época, existían ya los mismo problemas de conducta, se nos retratan a niños que juegan en horas de clase y los castigos[10] por lo que la disciplina era fundamental, “el alumno debía llegar a la escuela sin hacer ruido, limpio bien peinado, al entrar debía saludar al maestro y luego dirigirse a su asiento[11].


La educación que se atribuye un regusto pitagórico, se describiría desde los aspectos primarios de su mística como un proceso donde se recrea, el cuerpo, lugar, tiempo y acción. El pitagorismo en resumen como expone Galinsky, “el pitagorismo se presentaba como una colección sincrética de las enseñanzas de varias escuelas filosóficas, misticismo, especulación pseudo-científica, y sistemas religiosos y espirituales”, ya desde tiempos de Ovidio[12].

 

La muerte, pero no el final

 

Sobre la muerte de Pitágoras se saben muchas cosas, y muchas no, pasa como con Homero, lo que se tiene sobre su vida y muerte son tan imprecisas, que apostar por la veracidad de una de ellas vuelve ingenua cualquier afirmación de seriedad. Jámblico escribió muchos años después a la muerte de Pitágoras Sobre la vida pitagórica donde se narra que  Cilón un noble y tirano de Crotona, al serle negada la introducción a los ritos pitagóricos persiguió a la secta, incendió la casa de Milón donde se reunían y la destruyeron, muchos adeptos murieron y en la huida posiblemente el maestro de Samos, otras versiones afirman que se dejó morir de hambre, otras que se negó a cruzar un campo de habas y fue capturado y asesinado, porque para ellos, -los pitagóricos-, las habas eran sagradas. Se sabe que en tiempos de Cicerón su tumba fue exhibida.


Existe una curiosa novela titulada El asesinato de Pitágoras, donde su autor Marcos Chicot centra su narración en los últimos días de la secta, y rescata la historia del filósofo Aristóxeno de Tarento describiéndolo de la siguiente manera;


“En el año 510, tras una sublevación fracasada de Sibaris, los sediciosos buscaron asilo en Crotona. Habiendo amenazado los sibaritas con la guerra en caso de acceder, se reunió el Consejo de Crotona para deliberar. Tras las intervenciones de Pitágoras con su acostumbrada elocuencia, en este caso sobre los sentimientos de solidaridad humana, se negó la extradición. Los sibaritas declararon a Crotona la guerra anunciada, pero los disciplinados ejércitos de esta comandados por Milón (cuya intervención es descrita épicamente por Diodoro de forma casi mítica) aniquilaron al contrario y destruyeron cruelmente la otrora lujosa Sibaris en una contienda que está documentada históricamente y que produjo una gran impresión en todo el orbe helénico. Aprovechando las disputas sobre el reparto del botín, Cilón azuzó demagógicamente las turbas, que incendiaron la casa de Milón, donde estaban reunidos los pitagóricos, y solo unos pocos pudieron salvar la vida.”

 

 

ANTONIO PÉREZ-PAREDES

Licenciado en Pedagogía por la Universidad del Sur. Ha participado como ponente en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP) en varias ocasiones; “Foros universitarios; El holocausto y su impacto en los derechos humanos (2013)” “El genocidio y otros delitos competencia de la Corte Penal Internacional (2014) como moderador en la Universidad Tec-Milenio” “Alianza Internacional Universitaria por la Paz (2015) en la Universidad Politécnica de Quintana Roo” “ Educar para recordar: El holocausto y los derechos humanos (2016) en la Universidad del Sur”. En 2018 participó en el “Simposio de Autonomía Curricular, realizado en el Tec-Milenio” en 2019 recibió la certificación de competencia laboral en el “Uso didáctico de las tecnologías de información y comunicación en procesos de aprendizaje” y en 2020 la constancia en su participación del curso “Convivencia escolar desde la perspectiva de los derechos humanos (por la CNDH)”. En 2021 fue conferenciante en la semana de la Pedagogía con la ponencia "La pedagogía en la Grecia clásica". Concluyó el Taller "Evaluación diagnóstica para alumnos de educación básica" en 2021 y en 2022  recibió la certificación por el curso "Herramientas para una educación inclusiva, Dislexia; desde al aula al mundo del trabajo. Fue profesor de primaria en el Colegio Mano Amiga Cancún (2015-2021), actualmente es docente de licenciatura en la Universidad del Sur y en la primaria "Tulúm" también en Cancún



[1] Considerado el primer matemático puro, famoso por su teorema que, «la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa».

[2] Paredes Borja V. Espejo Médico Quiteño del siglo XVIII. Rev Fac Ciencias Médicas Quito 1955,6:113-27, citado a su vez por Samuel Finkielman en Marco Terencio Varrón y la causa de las enfermedades, Buenos Aires, Argentina, 2007.

[3] Trionfo della Fama III 38, citado en la Introducción a la vida y obra de Varrón, Editorial Gredos, Luis Alfonso Hernández Miguel, Madrid, 1998.

[4] Bieler, Ludwing, Historia de la literatura romana, Biblioteca universitaria Gredos, Madrid 1971, pág. 144. Geschichte der Römischen literatur, Berlín 1965.

[5] Recordemos que la educación en la época de Varrón solo era posible para aquellas clases patricias que contaban con el dinero suficiente para pagarse sus clases, y no es hasta dos siglos después de su muerte que la educación se vuelve una posibilidad parcialmente para todos como señala Bieler en su capítulo V. Nova et Vetera; “La educación literaria alcanzó a círculos aún más amplios que los del siglo I…” (en relación a la época de Adriano y uno de sus sucesores Caracalla).  

[6] Para un acercamiento profundo de la vida y obra de Pitágoras existe un texto, -entre muchos otros-, pero el del francés Amadeo Dacier es a mi parecer de los más exquisitos. Pitágoras, sus símbolos y los versos dorados con los comentarios de Hierocles, Barcelona, España, 1906. Cabe destacar que el nombre de Pitágoras llega a nosotros gracias al falso Empédocles como discípulo de su maestro.

[7] Introducida en el siglo III antes de Cristo por la expansión y consecuencia de las campañas militares de Alejandro Magno en las provincias itálicas.

[8] Moreno, J. (1911). La pedagogía entre los romanos. Archivos de Pedagogía y Ciencias Afines, 8 (22), 64- 84. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.1565/pr.1565.pdf

[9] El primer escritor latino fue un liberto y maestro de escuela, Livio Andrónico, al que se le debe una traducción al latín de la Odisea.

[10] Véase mi texto La educación y el castigo de los niños en la antigüedad; https://pagina23cancun.blogspot.com/2020/07/la-educacion-y-el-castigo-del-nino-en.html

[11] Moreno, J. pág. 68 (6 digital).

[12] Galinsky, K. (1999). El discurso de Pitágoras en las Metamorfosis de Ovidio. Auster (4), 21-40. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2750/pr.2750.pdf