miércoles, 22 de julio de 2020

La educación y el castigo del niño en las escuelas de la antigüedad


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La educación y el castigo del niño en las escuelas de la antigüedad

 

“Los alumnos de oro pagaban y aprendían, los de plata pagaban y no aprendían, y los de bronce aprendían y no pagaban”

Bion de Borístenes

 

 

La concepción de enseñanza helénica

 

Desde tiempos remotos en el mundo clásico, -considerando mundo clásico la Grecia homérica-, se estableció una necesidad de preservar los valores, en su mayoría guerrera y caballeresca: como el areté, el kairós y la paideia, ésta última como único gran ideal de la formación del hombre heleno. Paideia[1] es una palabra que no tiene una traducción precisa en nuestro idioma, cuando tuvo que ser traducida por el latino Cicerón éste lo llamó humanitas.

Los valores antes mencionados se aprendían desde muy joven estaba el hijo, en casa, por medio de sus padres, no es hasta el siglo V a. C., que comienza en las familias eupátridas de Atenas, con la compra de esclavos provenientes de las tierras conquistadas, o traídos por comerciantes del África, para servir de sirvientes y recibieron el nombre de pedagogos. La labor principal de estos guías, era la de preservar, resguardar y cuidar que nada interfiriera en la educación de su amo, cuando este iba camino a la escuela y regresaba a su casa.

Cabe destacar que lo que hoy en día se comprende por educación, estaba muy alejado de lo que en tiempos de Sócrates era asimilado como un “asistir a la escuela”, hasta antes de Platón, la educación no había adquirido una forma sistemática de enseñanza aprendizaje[2]. Antes que el proceso educativo se volviera un conjunto de saberes y técnicas por aprender lo que proliferaba era una educación física, musical y bélica, la disciplina había llegado de Esparta, donde no se poseía mayor virtud a alcanzar que el ser fuerte corporalmente y vencer en las batallas. Es hasta  el siglo IV que este tipo de educación militar se vuelca a un nuevo interés, la educación escolar y literaria, (cabe mencionar que ya antes existía una obligación de conocer y saber los principales poemas épicos, la Ilíada y la Odisea),  Bouriant cuenta que un alumno de escuela dejó una misiva que se puede interpretar bajo este contexto, como ya, la necesidad de adquirir una educación libresca, “las letras son lo mejor para el comienzo de la vida”.

 

Las escuelas y sus directores

 

La educación como un proceso, es también la única forma que tiene una civilización de resguardar su tradición y la perdurabilidad de su conciencia colectiva. Entre el 600 y el 500 a.C en Mileto se estableció la escuela que impartía el logos de Tales, Anaximandro y Anaxímenes, cercano a este centro allá por el siglo V, la escuela de Heráclito de Efeso, Hipócrates, el gran médico de la antigüedad habría instaurado su centro de enseñanza en la Isla de Cos, entre el 460-380 antes de Jesucristo. En la magna Grecia, nombre designado a las colonias griegas en Italia y Sicilia proliferó la educación Pitagórica, con su teoría de los números mágicos y la aparición del número π en el 540, y le siguió las escuelas de Parménides de Elea y el agrigento Empédocles, de quien se cuenta fue tan admirado por sus alumnos, entre los que destacaban una pluralidad solo comparada con nuestras instituciones actuales; hombres, mujeres, ricos y pobres, suponía el eco de su sistema educativo mágico-pitagórico. Le fue concedida la corona de su ciudad y rechazó, lo que probablemente influyera en su escarnio y que derivó como nos cuenta George Steiner, “Destrozado por el odio de la casa sacerdotal y de la plebe y tras haberse despedido de Pausanias…asciende al solitario desierto del monte Etna y salta al interior de su cráter en llamas. Una sandalia, hallada en el refulgente borde, revela su suicidio[3]. Para la época del gobierno de Pericles el clazómeno Anaxágoras imparte sus clases (500-428), seguido de la escuela de Demócrito de Abdera, un famoso matemático que desarrolló la teoría del átomo al cuestionarse cómo era posible que un pan alejado de la nariz, siguiera emanando un olor percibido por el olfato, concluyó que únicamente podría tratarse de pequeños trozos tan pequeños que no podían verse pero que entraban por las fosas nasales, le llamó “Átomo” una palabra griega negativa que significa sin parte, (á-sin-tomo-parte).

Para tiempos del mayéutico Sócrates, las enseñanzas eran cosa pública y oral, fue hasta con Platón que surge su academia, llamada así en honor al dios Academo. Platón tenía interés de visitar a los magos de oriente pero la guerra se lo impidió, a su regreso, “se puso a enseñar en la Academia; gimnasio plantado de árboles y llamado así por el héroe Academus[4]. Después de la Academia la escuela fundada por su discípulo Aristóteles fue una de las más importantes, tanto en su currículo como en sus alumnos. Es en Aristóteles donde la educación se convierte en algo científico y metódico, es probable que su filosofía de la que según él nacía por el asombro impregnara su naturaleza pedagógica al afirmar que, “todo hombre por naturaleza apetece saber[5].

Las conquistas de Alejandro el Magno habían hecho que la paideia helenística se explayara por todo el mediterráneo y el Asia nororiental, lo que produjo la instauración de escuelas en la ciudad que lleva su nombre, Alejandría, allí, en medio de la locura bibliófila se asentarían las escuelas matemáticas de Euclides, autor del exquisito libro Los elementos, también a su mando estaba el mecánico Arquímedes, la mente más brillante según atestiguan viejas fuentes. Se funda igual en los años 300 a.C los gimnasios astronómicos comandados por Aristarco, Hiparco y Eratóstenes quien sucedió en la dirección de la Biblioteca de Alejandría a Apolonio de Rodas. Eratóstenes fue llamado bibliofilax[6], lo que significa, “el guardián de los libros”. Las enseñanzas sobre anatomía estaban a cargo de Herófilo[7] y Erasístrato, empero, la gramática era una asignatura del tracio Dionisio.

Ya en el período grecorromano se alzan en el estandarte educativo las enseñanzas del astrónomo y geógrafo Ptolomeo y el médico Galeno, egregio en su oficio, de quien se sabe escribió libros sobre cómo operar a corazón abierto.  

Con el nacimiento de las escuelas, que baste decir las antes citadas no fueron las únicas, pero por algún motivo sí las más axiales, destaca también la escuela para catequistas dirigida por el pedagogo cristiano Clemente[8] quien elaboró una síntesis entre filosofía griega y la religión de Kristo.

La actividad escolar propiamente dicho hace también que el contacto entre maestro y alumno, entre el que sabe y el que asiste para aprender, y cosa curiosa es atender, que tanto en la antigüedad como en tiempos modernos, la disciplina es parte fundamental del proceso, dado que la educación no puede ser tomada como una actividad ordinaria, sino que debe estar mediada y reglada por normas y preceptos que son los que encausan el aprendizaje a consagrarse como un fin teleológico y no un mero listado de objetivos sin precedentes. Con esto no estoy afirmando que a la fecha débase recurrir al castigo, puesto que disciplina como dijo Kant, “..convierte la animalidad en humanidad. Un animal lo es todo ya por su instinto; una razón extraña le ha provisto de todo. Pero el hombre necesita una razón propia…[9] esto significa que la disciplina es fundamental para el aprendizaje, y es en este lugar de quehacer educativo que el alumno comienza a frustrarse probablemente porque consideraba sus clase aburridas o simplemente no pone atención, que aparecen los castigos corporales por parte del maestro.

 

 

 

 

 

Los primeros años de estudio del niño griego

 

 

Los primeros años de estudio de los niños y niñas comienza a los 7 años de edad y concluyen entre los 19 y 20 años. Tanto los y las jóvenes podían asistir a la primaria y secundaria, algunos otros, dependiendo su posición económica llegaban hasta la palestra y el gimnasio. A partir de los catorce inicia la etapa llamada efebía, de ahí que se les denomine efebos, -jóvenes de jovial belleza-, que entraban a la etapa escolar-militar. En los primeros años se estudiaba 1) aritmética y poesía, luego entre los 14 y 15 años 2) gramática, para finalizar con los estudios superiores 3) retórica y filosofía que impartía un Retor, cursos que muy pocos lograban finalizar.

De estos niveles de estudio será la efebía la única en sobrevivir tras la caída del auge griego, “La efebía se extiende hasta los últimos rincones y perdura tanto como la civilización grecorromana: en el 323 d.C tras la subida al poder de Constantino como emperador único, aún quedan efebos en Oxyrrinco”[10]. La educación se realizaba en pequeños centros destinados para esta actividad, o en sitios de casas privadas, también en pequeños “puestos” en la calle, o lugares de recurrente afluencia de personas, donde el maestro impartía sus enseñanzas. La escuela si bien era en un primer momento privada; los padres tenían que pagar una cuota salarial al didaskalion en donde se establecía qué iba aprender y en cuánto tiempo, con el paso de los años, comenzaron a institucionalizarse apoyos económicos por parte de los gobernantes en turno en cada ciudad, “En alguna ocasión el monarca interviene en este campo, pero siempre lo hará como benefactor privado[11], esta común ofrenda hacía la educación verá una mayor expresión en Alejandría donde los estudioso y docentes recibían un salario pocas veces modesta, “Un erudito bastante desconocido, Panaretos, recibía doce talentos anuales de Ptolomeo III[12]. En tiempos del imperio romano, la manutención de escuelas dependía de las municipalidades hasta en épocas de Antonino, con el paso de los años, el apoyo decayó, lo que orilló bajar el salario a los maestros, debido a las pesadas cuotas que se iban en los sueldos burocráticos, problema que se mantiene hasta el día de hoy en muchos países donde los docentes reciben un mísero sueldo en comparación de los políticos.

Semejante problema magisterial, también incluye la posición social del maestro, pocas veces concebida como una labor admirable, había ocasiones que los padres se excusaban del pago, justificando que su hijo no había aprendido nada, Teofrasto nos expone esto con la siguiente explicación encontrada en el artículo de Díaz Lavado:

“…un padre que procura ahorrar un mes cada doce, haciendo que su hijo falte a la escuela durante el mes de Antesterion, con el pretexto de las vacaciones son tan largas que no quedaban días de clases suficientes para justificar el gasto”. Todo por no querer remunerar las vacaciones paga del maestro.

 

 

De camino a la escuela y una vez estando ahí

 

Como comenté anteriormente, durante el trayecto que el niño iba a la escuela, lo acompañaba el παιδαγωγος, “la jornada daba comienzo apenas apuntaba el alba,  momento en que el niño, acompañado por su pedagogo se encaminaba hacia la palestra, lugar donde pasaba toda la mañana[13] luego asistía a con el maestro, lugar donde se sentaban en círculo apostados en sillas parecidas a taburetes, allí el ludi magister realizaba su labor educativa, muchas veces rodeado de la naturaleza y los peros callejeros. La labor del pedagogo no se limitaba únicamente a llevar a su amo al estudio, en ocasiones el muchacho no deseaba caminar y era cargado en las espaldas del pedagogo, su esclavo particular. Puede imaginarse una escena curiosa, rumbo al ágora donde muchas veces se erigían los establos de estudio improvisados, siendo albergados por alumnos y pedagogos de las familias ricas y patricias. Se puede ver aquí, que tanto el estudio oficial como la incorporación de las enseñanzas científicas son de primordial adquisición para la sociedad ateniense y romana, el hombre se convierte en un depósito de la sabiduría de su tiempo, “La ciencia del período más primitivo de Grecia se parece a la nuestra porque, ingenua y rudimentaria como fue, considera al hombre como un producto de la evolución natural, juzga su capacidad de hablar y pensar como un producto de su vida social, y considera a la ciencia como una parte de su técnica para el dominio de su medio natural. Estas temerarias ideas hicieron su primera aparición entre los jonios, poco después del año 600 antes de Cristo, y fueron desarrolladas en el curso de un par de siglos con tan amplia visión y con tal unidad de propósitos, que aún hoy día sorprenden[14].

 

Los castigos un recurso antiguo del maestro

 

Podemos intuir que si hoy en día, el trabajo docente incluye el control y manejo de los estudiantes, bajo estrategias y recursos y/o métodos que capten y coopten su atención esto con la finalidad de tener su recepción para la clase, puede derivar en que el docente recurra en actos o acciones que involucren una amonestación desde un castigo (como se hacía bajo los métodos tradicionales-escolásticos-patrísticos), a la fecha son otros, que incluye desde un reporte académico hasta la expulsión del mismo. Los estudiantes en su mayoría no son conscientes del porqué deben asistir al colegio, tener que sentarse y escuchar la clase, hacer tareas y actividades, recibir una calificación, salir al recreo a jugar y comer y luego volver a lo mismo, esto se convierte en una rutina, rutina que será obligación del pedagogo o docente tener que innovar, evitar o realizar juegos, sin duda, es parte de su oficio, lo que no debe ser permitido nunca, es que esos juegos concluyan en clases donde las acciones lúdicas sopesan más que el aprendizaje mismo, el alumno debe estar al tanto, (y esto solo es capaz de lograrlo el maestro si posee los conocimientos y habilidades de la ciencia pedagógica), para que el estudiantado comprenda que si asiste a la escuela es para conocer y aprender la ciencia, que en tanto educación, es imposible que se le entregue en casa. De nuevo reitero, los docentes no deben recurrir nunca más al castigo corporal, eso lo trataremos aquí, como una situación tan común en el pasado, que hasta hace algunos años, se seguía realizando. Hace más de dos mil años, las escuelas en Sumeria practicaban e infligían castigos como parte del control de grupo, “Entre los otros miembros del personal de enseñanza nos encontramos con el «maestro de dibujo» y con el «maestro de sumerio». Había, además, vigilantes encargados de controlar la asistencia y comportamiento y también un «encargado del látigo», que, probablemente, era el responsable de la disciplina[15].  Esto se repite en las escuelas griegas y grecorromanas como veremos en un epigrama de la Antología latina, donde se narra como el profesor Cálculo, no puede controlar a su grupo que se cuentan por decenas, por lo cual, los niños se aburren, juegan entre ellos, gritan, no ponen atención, olvidan sus tablillas que fungen como sus libretas de escolar y se dedican a cantar o luchar entre ellos. Ya Marcial atestigua que era insoportable el alboroto y griterío de los niños en las calles y lo molesto que esto era para los transeúntes, lo cual, no es raro que por parte de los padres y la sociedad, aceptaran el castigo como única forma de corrección y disciplina.

Dichos castigos en la mayoría de las veces finalizaban con llanto, como narra Luciano, además, de los azotes, y los golpes, el maestro recurría a la férula, un palo de caña, el látigo, la correa, y los mimbres. Uno de los castigos más usados por el maestro consistía en desnudar al alumno, luego con ayuda de otros compañeros era levantado de brazos y muñecas y luego era suministrado por una serie de latigazos en espalda y nalgas. No es de asombrarnos que parte de las tareas de escritura incluyeran las famosas planas donde los estudiantes escribían frases como, “trabaja duro, muchacho, si no quieres ser azotado” o “el que no recibe azotes no puede ser educado[16].

Los castigos corporales así como las amonestaciones psicológicas, son de total negación para las prácticas educativas de la actualidad, el estudiante no debe ser herido en lo que vive su proceso de aprender, las heridas y los daños causan un sentimiento de odio por quien las recibe hacía quien las provoca, y el odio impide reconocer la necesidad de aprender, puesto que la escuela se convierte más en una segunda casa donde muchas veces los castigos todavía son aceptados como parte de los correctivos aplicados por los padres. Ya para finalizar este breve texto, cierro con una terrible frase enviada por un padre bizantino al maestro de su hijo:

“Castígalo, pues desde que dejó a sus padres no ha tenido otros azotes, y le gusta recibir algunos cuantos, su espalda se ha acostumbrado a ellos y necesita su dosis diaria[17].

 

Antonio Pérez-Paredes

Profesor de Primaria y Universidad

 



[1] Para comprender mejor dicho concepto Werner Jeager es uno de las eximios estudiosos del tema, con su todavía actual texto Paideia, publicado en México por el Fondo de Cultura Económica. “El castellano actual no ofrece un equivalente exacto a de la palabra”. México, 2001, pág. 23.

[2] Léase el capítulo, Platón y la educación de Joseph Moreau, donde explica cómo antes de Platón la educación no había adquirido una función específica. Los grandes pedagogos, estudios realizados bajo la dirección de Jean Château, FCE, México, 2017, pág. 15

[3] Steiner, George, Lecciones de los maestros, FCE, México, 2014, pág. 20.

[4] Según Eupolis en su libro Los soldados libertados, Citado en la obra completa de Platón edición de Patricio Azcárate, Madrid, 1871, XX. Notas biográficas.

[5] Aristóteles, Metafísica, libro A, pág. 980.

[6] Tzetzes, Prolegómenos a Aristófanes.

[7] De este singular médico se cuenta que fue criticado por despedazar miles de cuerpos humanos en su afán por estudiar la naturaleza.

[8] Para mayor información recúrrase a mi artículo sobre Clemente de Alejandría también en este sitio. https://pagina23cancun.blogspot.com/2020/06/el-pedagogo-de-alejandria.html

[9] Kant, Immanuel, Pedagogía, Akal Ediciones, Madrid, 2018, pág.29-30.  

[10] Papiro 42 de Oxyrrinco, citado por Díaz Lavado, 2001, Castilla y León, España.

[11] Lavado, Díaz.

[12] Ateneo, XI, 493-4.

[13] Lavado, Díaz.

[14] Farrington, Benjamin, Ciencia griega, Lautaro Editorial, Buenos Aires, 1947, pág. 9

[15] Noah Kramer, Samuel, La historia comienza en Sumer, Orbis Ediciones, España, 1985, pág. 28.

[16] Ambas frases pueden hallarse en las citas de Díaz Lavado, a su vez tomadas de T. Berol. Inv. 13234 & P. Vindob G. 29812.

[17] Roberts, C. H, Dos cartas del periodo bizantino.


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