La interpretación de educación en la cuatripartición de Pitágoras de Samos
Pitágoras vino al mundo hacia la
cuarenta y siete olimpíada, cuatro generaciones después de Numa, como
sólidamente ha establecido Dionisio de Halicarnaso, es decir, quinientos
noventa años antes de Jesucristo. Nabucodonosor reinaba entonces en Babilonia y
profetizaban en aquellos días los profetas Ezequiel y Daniel.
Amadeo
Dacier, Vida de Pitágoras, pág. 34
En
el libro V de Lengua Latina escrito por Varrón, aparece la interpretación de la
cuatripartición que sostiene a todas las cosas del mundo, para ello el autor cita
al matemático mítico, Pitágoras de Samos[1], quien
fue muy famoso en su época y cuya nombradía trascendió la nuestra, del que no
se tiene registro que haya escrito nada, sus enseñanzas fueron transmitidas y
divulgadas por sus discípulos.
Pero, ¿Quién fue Varrón?
Nacido
en Rieti (116-27 a. C) antigua capital de Sabinia en Lacio, Italia, hoy capital
de la provincia de Rieti, fue llamado Marco Terencio Varrón, en latín ‘Marcus Terentius Varro’ fue un erudito, filósofo,
escritor, historiador, poeta, polígrafo, gramático, militar y funcionario
público ocupando distintos cargos en los que destacan cuestor pretor. Es
considerado uno de los hombres que más influencia dejó en los escritores
posteriores, llamado también como el primer gran humanista y un hacedor, tanto,
que en sus escritos de medicina tal como sugiere Josef Lobel (autor de una Historia sucinta de la medicina mundial) no
sin asombro se interroga: ¿Descubrió las bacterias este profano de la medicina?[2] Los elogios a este
grande de las letras latina llegó hasta el poeta Petrarca quien lo llamó <il terzo
gran lume romano>[3]. No solo la vida de Varrón fue digna de admirar,
vivió en una época dura, donde las causas de la muerte nunca eran por algo
natural, él, un nonagenario murió por causas naturales, dejando un legado
impoluto y entre los laureles del éxito por sus servicios, dejó obras de
incalculable valor, entre las que más se destacan se halla La lengua latina o
Acerca de la lengua latina, un tratado sistemático de la historia de la lengua
latina. Ludwing Bieler en su Historia de la literatura romana dice que; Los escritos varronianos, más de 600 libros, se estudiaron intensamente
hasta las postrimerías de la Antigüedad y los aprovecharon los compiladores,
razón por las que las obras originales se han ido perdiendo; pero se conservan
en gran parte los frutos de la investigación de Varrón[4].
El
final del gran científico y practicante devoto del ocultismo y la adivinación
parece haber estado obnubilado por el misterio, Varrón, pidió ser enterrado de
acuerdo a los ritos místicos pitagóricos, según cuenta Plinio en Historia
natural (35-160). Hasta aquí con Varrón.
Sobre algunas consideraciones de la
educación
Hablar
de educación[5] como ahora lo entendemos
de forma subjetiva, la educación como una especie de distribución, no puede
tener, en efecto, la misma posibilidad de comprensión, que si analizásemos a
fondo, la educación del periodo que aconteció la época de Varrón, por lo que,
nuestra aproximación será meramente una interpretación de lo que Varrón cita en
su libro De lengua Latina.
En
el inicio del libro V, 11, Varrón al hablar de Pitágoras[6]
dice:
“Pitágoras de Samos afirma, que los
principios de todas las cosas se presentan de dos en dos, como finito e infinito,
bueno y malo, vida y muerte y día y noche. Por eso, de la misma forma son dos
estado y movimiento, ambos divididos en cuatro partes: lo que está quieto o en
estado de movimiento, es cuerpo; donde se halla en estado de movimiento, lugar;
mientras se halla en estado de movimiento, tiempo; lo que es esencial en el
estado de movimiento, acción”.
La
cita probablemente viva en tiempos de Varrón constituye el crisol de un pensamiento
“divino” sobre la relación de las cosas con los números, a los que la secta
pitagórica entregaba su logos. Los números eran para dicha secta y sus
discípulos posteriores, el inicio y fin, además de causa y consecuencia de
todas las cosas. Está claro pues, que no es posible aventurarse a afirmar, que
existía una consciencia vivificadora de lo que podría llamarse una relación
directa entre el pitagorismo ocultista de Pitágoras y la paideia. Rafael Urbano el prologuista de la versión española de la
obra de Dacier dice acerca de lo que se menciona anteriormente; “Pitágoras no hizo solo una teoría
filosófica, sino que dio una explicación general del universo para satisfacción
de las aspiraciones mentales (científicas) y de las aspiraciones del
sentimiento (religiosos). El pitagorismo pues, se nos ofrece como la primera teología
científica de Occidente”.
Marco
Terencio Varrón continua y dice; “La
cuatripartición parecerá más evidente así: cuerpo es, por ejemplo un corredor;
lugar, el estadio por donde corre; tiempo, la hora durante la que corre;
acción, la carrera”. Ofreciéndose así, nos es de total claridad suponer,
que para los tiempos en que se estudiaba y aprendía en la época clásica, esta
educación era parte de la superación de la iniciación de los misterios, forma
de enseñanza que imitarían años después los primeros cristianos y que se
ofrecía como ejemplo de lo que se podía aspirar a saber, bajo los ritos de las
múltiples sectas doctrinales desde tiempos de Sócrates hasta el maestro de
Roma, Quintiliano.
La
educación en tiempos de Varrón, que es la base del pensamiento mismo del autor,
debe ser considerada como una educación panhelénica[7],
en donde la influencia de la filosofía y las artes griegas dan autoridad a las
enseñanzas románicas de la república, recordemos que Varrón en el año 45 viajó
a España por disposición de Pompeyo y que el mismo César lo nombró director de
una ostentosa biblioteca. Por lo que nuestro análisis es sutil ante las
delicadezas de la época, pero no sacrílega en cuestión de la forma y el fondo.
La
educación podría ser, vista desde lo que Varrón interpreta, finita, tiene un
inicio y un fin, como fenómeno que aparece, y como el individuo que nace,
aprende y muere; infinito, en el sentido de la trascendencia, que supera el
objeto mismo de estudio, el conocimiento preciso sobre aquello, (el ejemplo de
esto puede verse en lo que constituye gran parte de la educación humanista de
nuestras escuelas). La educación como formadora de hombres buenos, útiles,
capaces de contribuir en las guerras, “solo
quieren formar ciudadanos y soldados obedientes y abnegados…no les importa
absolutamente el cultivo del espíritu”[8]. Y mala en la acepción
de no contar, en un inicio en otra cosa que la imitación, si pudiera decirse,
de una educación espartana, más que la del desarrollo de la episteme.
Con
lo anterior, no se desea reflejar, que hubo una marcada diferencia entre la
educación griega, la romana y la que la mayoría de los países hoy en día llevan
a la práctica, en sus políticas educativas internas, pero es menester destacar
cómo, dicha educación sufrió los efectos de las distintas etapas que vivió
Roma; Monarquía, República y el Imperio, tal como cualquier país posterior a
esa época, fue modificando la concepción de la educación para sus ciudadanos y
sus intereses.
La educación cuatripartita
El
proceso de enseñanza ha sufrido distintas modificaciones mentales, desde lo que
se considera que fue, cómo fue y el influjo que dotó a las civilizaciones
posteriores, así como el sentido evidente de que al hablar de educación, se
sabe de qué se habla, para no recaer en ello, es axial, permanecer en los márgenes
de la interpretación Pitagórica, que es el cuerpo de interés de dicho escrito.
Analizando
la cuatripartición del esotérico de Samos, cuerpo es por ejemplo, el niño, el
educando, el alumno, aquel que físicamente existe y se dispone a aprender y/o
asistir a la escuela, elemento primordial, -junto al docente-, del proceso de
enseñanza aprendizaje, cuerpo es también el del maestro[9],
aquel que enseña, del que se desprende un conocimiento que el alumno debe
rescatar y hacer propio; lugar, es por ejemplo, el sitio donde se lleva a cabo la educación, la enseñanza, el proceso
transmisor, o sea, la escuela, el instituto, el colegio, (en tiempos de Varrón no era suficiente asistir solamente al Forum o el
Senado, si se quería aspirar a un cargo digno se requería que la persona
supiera leer y escribir en contraste con solo saber usar la espada), esta
educación era escalonada, -como en nuestros días-, se debía cursar primero la
Gramática y luego la Retórica, que se dividía a su vez en dos niveles, los que
aprendían a leer y escribir y a los que
se les explicaban los textos. El tiempo, por ejemplo, las horas en las que
el estudiante debía permanecer en sus
lecciones, a veces impartidas por un ludi magister, un pedagogo o un
gramático y por último la acción, por ejemplo, el proceso mismo, el de
enseñanza por parte del maestro y aprendizaje por parte del alumno.
Dicho
proceso desde tiempos clásicos requiere de la disposición y no tanto del juego,
para que pueda llevarse a cabo, es común entre los historiadores de la
educación y la pedagogía, que en esa época, existían ya los mismo problemas de
conducta, se nos retratan a niños que juegan en horas de clase y los castigos[10]
por lo que la disciplina era fundamental, “el
alumno debía llegar a la escuela sin hacer ruido, limpio bien peinado, al
entrar debía saludar al maestro y luego dirigirse a su asiento[11]”.
La
educación que se atribuye un regusto pitagórico, se describiría desde los
aspectos primarios de su mística como un proceso donde se recrea, el cuerpo,
lugar, tiempo y acción. El pitagorismo en resumen como expone Galinsky, “el pitagorismo se presentaba como una
colección sincrética de las enseñanzas de varias escuelas filosóficas,
misticismo, especulación pseudo-científica, y sistemas religiosos y
espirituales”, ya desde tiempos
de Ovidio[12].
La muerte, pero no el final
Sobre
la muerte de Pitágoras se saben muchas cosas, y muchas no, pasa como con
Homero, lo que se tiene sobre su vida y muerte son tan imprecisas, que apostar
por la veracidad de una de ellas vuelve ingenua cualquier afirmación de
seriedad. Jámblico escribió muchos años después a la muerte de Pitágoras Sobre la vida pitagórica donde se narra
que Cilón un noble y tirano de Crotona,
al serle negada la introducción a los ritos pitagóricos persiguió a la secta,
incendió la casa de Milón donde se reunían y la destruyeron, muchos adeptos
murieron y en la huida posiblemente el maestro de Samos, otras versiones afirman
que se dejó morir de hambre, otras que se negó a cruzar un campo de habas y fue
capturado y asesinado, porque para ellos, -los pitagóricos-, las habas eran
sagradas. Se sabe que en tiempos de Cicerón su tumba fue exhibida.
Existe
una curiosa novela titulada El asesinato
de Pitágoras, donde su autor Marcos Chicot centra su narración en los
últimos días de la secta, y rescata la historia del filósofo Aristóxeno de Tarento describiéndolo de la
siguiente manera;
“En el año 510,
tras una sublevación fracasada de Sibaris, los sediciosos buscaron asilo en
Crotona. Habiendo amenazado los sibaritas con la guerra en caso de acceder, se
reunió el Consejo de Crotona para deliberar. Tras las intervenciones de
Pitágoras con su acostumbrada elocuencia, en este caso sobre los sentimientos
de solidaridad humana, se negó la extradición. Los sibaritas declararon a
Crotona la guerra anunciada, pero los disciplinados ejércitos de esta
comandados por Milón (cuya intervención es descrita épicamente por Diodoro de
forma casi mítica) aniquilaron al contrario y destruyeron cruelmente la otrora
lujosa Sibaris en una contienda que está documentada históricamente y que
produjo una gran impresión en todo el orbe helénico. Aprovechando las disputas
sobre el reparto del botín, Cilón azuzó demagógicamente las turbas, que
incendiaron la casa de Milón, donde estaban reunidos los pitagóricos, y solo
unos pocos pudieron salvar la vida.”
ANTONIO PÉREZ-PAREDES
Licenciado en Pedagogía por la Universidad del Sur. Ha participado como ponente en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP) en varias ocasiones; “Foros universitarios; El holocausto y su impacto en los derechos humanos (2013)” “El genocidio y otros delitos competencia de la Corte Penal Internacional (2014) como moderador en la Universidad Tec-Milenio” “Alianza Internacional Universitaria por la Paz (2015) en la Universidad Politécnica de Quintana Roo” “ Educar para recordar: El holocausto y los derechos humanos (2016) en la Universidad del Sur”. En 2018 participó en el “Simposio de Autonomía Curricular, realizado en el Tec-Milenio” en 2019 recibió la certificación de competencia laboral en el “Uso didáctico de las tecnologías de información y comunicación en procesos de aprendizaje” y en 2020 la constancia en su participación del curso “Convivencia escolar desde la perspectiva de los derechos humanos (por la CNDH)”. En 2021 fue conferenciante en la semana de la Pedagogía con la ponencia "La pedagogía en la Grecia clásica". Concluyó el Taller "Evaluación diagnóstica para alumnos de educación básica" en 2021 y en 2022 recibió la certificación por el curso "Herramientas para una educación inclusiva, Dislexia; desde al aula al mundo del trabajo. Fue profesor de primaria en el Colegio Mano Amiga Cancún (2015-2021), actualmente es docente de licenciatura en la Universidad del Sur y en la primaria "Tulúm" también en Cancún
[1] Considerado el
primer matemático puro, famoso por su teorema que, «la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado
de la hipotenusa».
[2] Paredes Borja
V. Espejo Médico Quiteño del siglo XVIII. Rev Fac Ciencias Médicas Quito
1955,6:113-27, citado a su vez por Samuel Finkielman en Marco Terencio Varrón y
la causa de las enfermedades, Buenos Aires, Argentina, 2007.
[3] Trionfo
della Fama III 38, citado en la Introducción a la vida y obra de Varrón,
Editorial Gredos, Luis Alfonso Hernández Miguel, Madrid, 1998.
[4]
Bieler,
Ludwing, Historia de la literatura romana, Biblioteca universitaria Gredos,
Madrid 1971, pág. 144. Geschichte der Römischen literatur, Berlín 1965.
[5] Recordemos que
la educación en la época de Varrón solo era posible para aquellas clases
patricias que contaban con el dinero suficiente para pagarse sus clases, y no
es hasta dos siglos después de su muerte que la educación se vuelve una
posibilidad parcialmente para todos como señala Bieler en su capítulo V. Nova et Vetera; “La educación
literaria alcanzó a círculos aún más amplios que los del siglo I…” (en relación
a la época de Adriano y uno de sus sucesores Caracalla).
[6] Para un
acercamiento profundo de la vida y obra de Pitágoras existe un texto, -entre
muchos otros-, pero el del francés Amadeo Dacier es a mi parecer de los más
exquisitos. Pitágoras, sus símbolos y los versos dorados con los comentarios de
Hierocles, Barcelona, España, 1906. Cabe destacar que el nombre de Pitágoras
llega a nosotros gracias al falso Empédocles como discípulo de su maestro.
[7] Introducida en
el siglo III antes de Cristo por la expansión y consecuencia de las campañas
militares de Alejandro Magno en las provincias itálicas.
[8] Moreno, J. (1911). La pedagogía
entre los romanos. Archivos de Pedagogía y Ciencias Afines, 8 (22), 64- 84. En
Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.1565/pr.1565.pdf
[9] El primer
escritor latino fue un liberto y maestro de escuela, Livio Andrónico, al que se
le debe una traducción al latín de la Odisea.
[10] Véase mi texto
La educación y el castigo de los niños en la antigüedad; https://pagina23cancun.blogspot.com/2020/07/la-educacion-y-el-castigo-del-nino-en.html
[11] Moreno, J. pág.
68 (6 digital).
[12] Galinsky, K.
(1999). El discurso de Pitágoras en las Metamorfosis de Ovidio. Auster (4),
21-40. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2750/pr.2750.pdf
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