Resumen
La filosofía de la educación de John
Locke es considerada como revolucionaria por las interpretaciones y
aportaciones que hizo en materia educativa, con la publicación de su Ensayo
sobre el entendimiento humano y su experiencia como docente, vio la luz Pensamientos
sobre educación donde abordó las problemáticas pedagógicas de su tiempo con el
rigor y erudición típicas de un filósofo inglés.
Palabras
clave: John Locke, educación,
experiencia, idea, conocimiento
Introducción
El renacimiento fue época de grandes
e innovadores cambios que determinaron el transcurso histórico de las ciencias,
las artes, la medicina, las matemáticas y por añadidura la educación. La
memoria colectiva y la sociedad estaban cambiando a pasos gigantescos, las
nuevas rutas marinas expandían el conocimiento del mundo y asimilaban los
nuevos tópicos resultados de la ilustración. Uno de estos grandes cambios lo
protagonizó John Locke, exponente del empirismo inglés y una nueva visión de
cómo se debía educar en su tiempo.
La educación renacentista en John Locke
Fue
John Locke hombre nacido en familia burguesa, tuvo desde su infancia una dura
administración educativa estimulada por el padre quien era: Severo con él manteniéndole en un temor
reverencial, (…) pero relajando gradualmente a medida que se convertía en
hombre, hasta que, estando ya capacitado para ello, vivió perfectamente bien
como un compañero, (Cranston, 1956). Estudió en la Public School de
Westminster, en el Christ Church Oxford y Montpellier. Fue
candidato en espíritu a la vida religiosa, que omitió cuando conoció los
laboratorios, -entonces proliferantes-, de química y física. Estudió medicina,
desempeñó cargos políticos, (consejero y secretario), luego se dedicó a la
filosofía, vocación a la que se entregó sin reparo. Se consagró a la enseñanza
privada, fue preceptor de los hijos de los Masham en Essex. Murió de un infarto
el otoño de 1704.
Para
poder comprender los postulados o propuesta educativa de Locke, es menester
primero tener un acercamiento preciso a la forma en la que, según John Locke,
el hombre adquiría su conocimiento. La época de Locke: el siglo XVII, es un
siglo ávido por descubrir, es la periferia del racionalismo descartiano, donde
ya no bastaba con el (pienso luego existo) hacía falta demostrar por qué se
pensaba, cómo se hacía y quién era el que existía. Las respuestas las brindará
el inglés en su ya famoso y reconocido, Ensayo sobre el entendimiento humano, (An
Essay Concerning Human Understanding) publicaba en 1690. Ensayo sobre el
entendimiento humano rápidamente
alcanzó popularidad, se convirtió en libro de texto en Oxford, Cambridge y de
diferentes universidades escocesas. Se hablaba de él como el libro que
sustituiría al de Aristóteles. El entendimiento precisa de la materia, aunque
no se enajena del espíritu, pero enfatiza que es importante que el sujeto tenga
una relación con el objeto. Locke es entonces un empirista, necesita de la
correlación de la experiencia, no solo basta saber del objeto, hace falta verlo.
Conocer es ver, es pura locura
imaginarse que se puede ver, y comprender, con los ojos de otro, incluso aunque
posea el don de las palabras para describirnos, si no poseemos nuestras propias
impresiones de lo que ha pasado, si no lo hemos visto con nuestros propios
ojos, si lo hemos leído simplemente, seguimos siendo tan ignorantes como antes
(Locke, 2012). Por lo tanto, se deduce que, según
su epistemología, el conocimiento del hombre proviene de las primeras
impresiones, nacidas de nuestras percepciones, que las dota nuestros sentidos,
y vamos generando ideas, de simples a más complejas.
Locke llama idea a todo pensamiento o
percepción, todo lo que es contenido de conciencia y menciona como fuente de
todas las ideas a: la sensación o experiencia externa y a la reflexión o
experiencia interna. De ellas emanan en orden; la idea de extensión, figura,
color y aroma; los deseos, los sentimientos, las emocione y los estados
anímicos.
Como pensador educativo se preocupó
por la clase menos privilegiada, los pobres. Para los pobres, para las clases
obreras sugiere la creación de escuelas del trabajo, obligatorias a partir de
los tres años de edad, (Mallinson, 2017). Fue de los pioneros en dar valor a la
salud, exigiendo hábitos de higiene, así como del entrenamiento y ejercicios
físicos.
La
propuesta pedagógica de John Locke no queda del todo separada de los grandes
sistemas escolásticos como el de Vives o Comenio, hereda de ellos, el programa
a medias, pues no cree que la enseñanza de las lenguas clásicas sea totalmente
necesaria, más que la materna. El alumno de buena familia, que aspire a ser un
caballero, deberá recibir primero, buenos ejemplos, deberá saber leer y escribir
perfectamente. En la escuela se acercará a las ciencias por medio de un
preceptor inteligente y hábil: Geografía (debe familiarizarse con el globo terráqueo) geometría
(dice que bastarán los 6 libros de
Euclides) la astronomía, historia, derecho natural y civil, moral. Sería
estúpido, infiere, que un caballero ignoré cómo está gobernado su país. La
educación que reciban los niños y jóvenes debe ser excelsa ya que, “un niño bien nacido no debe aprender
pedanterías” y sobre esto se puede añadir, “El niño debe desde luego aprender a no herir
el amor propio de sus semejantes, después a conducirse siempre en el mundo con
soltura y afabilidad”. Por último, la enseñanza se nutrirá de
asignaturas complementarias; danza, música, esgrima y equitación.
En
Pensamientos sobre educación, Locke abordó con gran erudición los problemas a
los que la juventud escolar de su tiempo se enfrentaba, advirtiendo que el gran
reto del educador es hacer que los alumnos se interesen por los temas. Para
Locke, los niños personas razonables mucho antes de lo que uno se imagina, por
lo que se les debía alejar de seres engañosos, embusteros y charlatanes, ya que
siempre deberá pensar y obrar noblemente. Si bien Locke no fue pedagogo, sus
ideas y reflexiones marcan un punto de partida entre el romanticismo de
Rousseau y la objetividad de la experiencia. Es en Locke donde se hallan las
primeras tendencias sobre el juego: no solo propone que aprendan a leer con
juegos lúdicos, también que el alfabeto sea enseñado con juguetes educativos,
se opondrá al castigo corporal como medio de disciplina y limitará los primeros
años de lectura con las fábulas de Esopo.
Locke
fue un adelantado en materia educativa y un reformador pedagógico. Como vemos,
la propuesta educativa de Locke es revolucionaria frente a la institucional de
su tiempo, pues en la del filósofo inglés predomina el objetivo de crear buenos
hábitos para fortalecer tanto el cuerpo como el espíritu (Silva, 2012.
Conclusión
La
gran influencia de Locke en materia educativa llegó hasta uno de los pensadores
más importantes como lo fue Rousseau. La importancia de los aportes de Locke
radica sin duda alguna en la originalidad en saber expresar con palabras e
ideas claras grandes problemas antes considerados como propios de un
instructor. Su valía consistió en saber diagnosticar las necesidades de su
época y profundizar en ellas desde su trabajo como docente, para asimilar que
la conciencia nunca está separada de la experiencia, y que el espíritu se nutre
de las ideas de su tiempo.
Fuentes bibliográficas
CRANSTON, MAURICE
(1956). Biografía sobre John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, FCE,
México.
LOCKE, JOHN,
(2012). Pensamientos sobre educación, Madrid, Akal.
MALLINSON, VERNE,
(2017). V. Los grandes pedagogos, Estudios realizados bajo la dirección de Jean
Chateau, (V. John Locke), México, FCE.
SILVA, CARMEN (2013). John Locke, Pensamientos sobre la educación, trad. La Lectura y Rafael Lasaleta, Akal, Madrid, 2012, 381 pp. (Básica de Bolsillo).. Diánoia, LVIII (71),184-187.[fecha de Consulta 20 de Enero de 2022]. ISSN: 0185
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