viernes, 27 de marzo de 2020

Jean Genet, el poeta ladrón y prostituto


La poesía erótica de Jean Genet (otro olvidado)


Me basta con besarte, estar contigo…mira, voy a regar alcatraces.
Luis González de Alba



Animal de amor árbol de oro de dos cabezas


Hablar de la poesía homo-erótica de Jean Genet con una precisión poética, indica, que se desarrollará su trabajo ‘poético-poesía-poemas’ ( con alguna referencia narrativa) que tienen como raíz del lenguaje, un claro impulso que tiende al amor, el deseo y la lascivia homosexual. De homo (igual) y erótica de eros (deseo ardiente).

Animal de amor árbol de oro de dos cabezas, escribe Genet, en su largo poema titulado El pescador de suquet. ¿Qué forma humana toma ese animal del que Genet mete en paréntesis? Lo que sí sabemos es que es de amor, que provoca amor, es por ello que es de-amor y que es grande y fuerte, como un árbol, y antes dirá con respecto al sustantivo árbol que se hace subido en él, y luego le dice, -tu frente baja –lo miran-, y remata declarando, que es preciado de oro y que es hombre al que ama, de dos cabezas. Aquel que fue llamado comediante y mártir por Sartre, logra crear una atmósfera propia de un lenguaje que tiene como punto de partida la libertad del amado, del amar mismo, que retrotrae su vínculo amoroso y lo hace algo sexual, lo desea:

Subido al verde árbol –tu frente baja
(Animal de amor árbol de oro de dos cabezas)
Sobre su ramaje- cálida bestia enlazada.


Interpreting 'The Maids' Through a Shifting Societal Lens - The ...

Quien mira a ese Animal, no debe serlo de algún modo, un animal por lo feroz, por el miedo que pueda causar, o por su apariencia combativa. Por lo tanto, qué tipo de hombre mira a ese Animal de amor árbol de oro de dos cabezas. En un texto del perdido profesor alemán Hubert Fichte, se enlista un libro gay Hotel Garni (Traduce Juan José del solar) escribe lo siguiente en la página 19 de un ministro de economía, “Pertenecía a un pequeño círculo de intelectuales acaudalados que guardaba ediciones de lujo de Jean Genet en cajas de cartón, como trajes de noche. Ediciones de lujo dedicadas” de acuerdo a Goytizolo que lo conoció y convivió un tiempo con el poeta, diría que Genet tenía cómo moverse, no le iba mal. Genet es un poeta que siente, y quiere transmitirlo, quiere proyectar su deseo, su perverso deseo, y con ello ensuciar al lector que culminaría enlodando a la sociedad. Sí, pero de una poesía viva. En la estrofa trece de El condenado a muerte (Que proviene de Nuestra señora de las flores 1942)  escribe:

Evoquemos, Amor, a cierto duro amante,

Enorme como el mundo y de cuerpo sombrío.
Nos fundirá desnudos en sus oscuros antros,
Entre sus muslos de oro, en su cálido vientre. 


El amor homosexual, visto como un deseo meramente sexual, que busca penetrar o ser penetrado, o disfrutar de ambas, sobre exalta un único carácter y olvida, -muchas veces por miedo-, a disfrutar de la vida de los otros, a través de su literatura, ¿Qué siente el otro en tanto que no soy yo cuando él siente? Genet al igual que Pasolini, Lorca, Aleixandre y muchos otros, tienen fundido el ego homo en sus páginas, para poder reconocer la condición que los hace más humanos. El hombre que él ama se muere, lo han matado, el dolor que siente lo emana en un ambiente caótico, Muerto en mí mucho antes que el hacha me cercene. El recuerdo caótico, mencionado antes como ambiente resurge en cada uno de sus versos, en otros su presencia se eyecta al lector y lo recrea:


Las solemnes mañanas, el ron, el cigarrillo…
Las sombras del tabaco, de prisión, de marinos
Acuden a mi celda, y me tumba y me abraza
Con grávida bragueta un espectro asesino.

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El tema de los marinos y las tabernas donde éstos bebían, culmina en su texto efebeíco, Querella de Brest, con respecto al amor se narra; “Estrechaba a Querella con la misma pasión aparente con que agarra el cadáver de su cría una hembra de animal, actitud por lo cual se nos hace evidente lo que es el amor: conciencia de la separación de una mismo, conciencia de hallarse escindido y de que vuestro mismo yo os contempla… (y ocurre antes que salvajemente sea sodomizado), en el texto aparece de la siguiente manera: «Ahora es cuando voy a traspasarte» …Al primer embate, que tan fuerte le aniquilaba Querella gimió de dolor, dulcemente primero, luego con más fuerza hasta jadear sin pudor” no se puede negar el brillo dramático de una obra como Querella de Brest, que recorre una psique especial, de hombre desafortunado, no hay que olvidar tampoco, que el poeta al que nos referimos se prostituyó y que ocupó varias veces celdas carcelarias.

Prosigue en el Condenado a muerte, escrito que dedicó a Maurice Pilorge, ‘un amigo’ del que pasaba noches sin sueño, pues éste se lo había robado con su belleza de Apolo, fue ejecutado el 17 de marzo de un ya alejado 1939 en Saint-Brieuc. Poema donde la versificación de títulos no escritos podrían estructurarse entre el amor, el deseo carnal, el miedo a la muerte, el pecado y la rabia.

Amor mío, amor mío, ¿podrías robar las llaves
Que me abrirán el cielo donde tiemblan los mástiles? La muerte es la causante de tan triste poema, donde lo humano se torna un salvaje miedo, soledad de amor, en Genet hacen mella, no sin antes anunciar su ambición homoerótica:

 Niño de las honduras
Nacerán de su cuerpo extraños esplendores
y perfumado semen de su verga adorable. 

Juan Goytisolo, Genet y los palestinos: ambigüedad política y ...
Goytizolo y Genet



Anatomía de la poética en Genet

En la medida que el poeta vive la experiencia de escribir del recuerdo, transmite también su deseo. Cuando aparecen fenomenológicamente estos versos, el lector puede quedar pausado, pero esa pausa es porque Genet es metapornográfico.

¡Mi bellísimo paje coronado de lilas!
Inclínate en mi lecho, deja a mi pija dura
Golpear tu mejilla. Tu amante el asesino
Te relata su gesta entre mil explosiones.

El Jean Genet “hacedor” logra en un moderno estilo de utilizar palabras comunes, la época de su poesía, de su cosmovisión narrativa, excesivamente buena como su poesía. Quizá esas mil explosiones den vida a su recuerdo satírico. Chupa mi duro miembro cual si fuese un helado escribe al final de otro verso, se intensifica, como si fuera una sinfonía, cambia de tiempos, de altitudes, y exige de nuevo:

Besa mi pija tiesa, entierra en tu garganta
El bulto de mi polla tragado de una vez,
¡Ahógate de amor, vomita y haz tu mueca!

Inmediatamente luego:

Adora de rodillas como un tótem sagrado
mi tatuado torso, adora hasta las lágrimas
mi sexo que se rompe, te azota como un arma
adora mi bastón que te va a penetrar.

 

Todos, o casi todos los deseos de amor terminan en una pasión que logra culminar lo que se comparte en una unión espiritual, no significa desde luego que después no existe la pasión:

Elévate en el aire de la luna, mi vida
En mi boca derrama el consistente semen
Que pasa de tus labios a mis dientes, mi Amor,
A fin de fecundar nuestras nupcias dichosas.


En el choque entre dos cuerpos masculinos, que se odian, que sienten celos no los une el amor. Estos dos machos como los llama Genet, son en su gran mayoría ejemplo de lo que la vida homosexual de aquella época francesa puede parecerse al Der Kreis en Alemania.  Nuestro poeta escribe así en Querella de Brest pág. 166: “Ternura no es la palabra exacta, pero expresa mejor la mezcla de agradecimiento hacia el cuerpo del que extrae el placer, de dulzura que os derrite cuando el placer se acaba, de laxitud física, de asco incluso que os ahoga y os alivia…ambos hombres quedan unidos por una complicidad que, nacida de la ausencia de mujer, suscita a la mujer, que los une precisamente por su carencia. A este respecto en sus relaciones no había nada fingido, ni necesidad alguna de ser otra cosa que lo que eran: dos machos muy viriles que sienten celos tal vez, que se odian, pero que no se aman” Sentencia el escritor.

 

Genet es un poeta de sustancia, puede imaginar lo que ya ha vivido y recordar una forma especial de escribir poesía valiosa. En Marcha fúnebre (1942-1943) en el segundo canto, VII, tercera estrofa dicta:

¡Oh saber que tú duermes bajo mi pobre techo!
Por mi boca conversas y con mis ojos miras
Esta alcoba es la tuya y son tuyos los versos.
Revive lo que quieras que yo monto la guardia.

No solo sabe reconocer y recoger la exégesis de un sentimiento tan vulgar como el deseo amoroso del que se ha ido, parte si es que puede afirmarse, de un relato poetizado. Genet es dueño de una capacidad creadora, en sus versos se doblega el sentido moral de por y para qué amar, de dolor y la fétida esperanza por la ley. No existe en sus palabras, nada que no haya experimentado en carne propia. ¿Qué acaso ‘montar la guardia’ no es consentir al otro?

No me lamentaré por cruel que el juego sea
Un canto de pesar que revienta tus ojos
Se trastorna de verte por tanto horror ceñido
Y ese canto por siglos tu ataúd estremece.

Muchos precisan y no es menester denostarlos, que la poesía de Genet, muchas veces con palabras yuxtapuestas, son de difícil traducción. Su cuerpo poético no piensa en tanto estilo, reclama dejarse sentir por la erótica del lenguaje. En Un chant d'amour que trata de un poema de deseo homosexual, llevada también al cine, y por mucho tiempo censurada. Dedicado a Lucien Sénemaud escribe:

¡Pastor baja del cielo donde el ganado duerme!
(Al bozo de un pastor te confío hermoso invierno)
Bajo mi aliento incluso si tu sexo es de escarcha
Aurora lo libera de ese frágil vestido.

En otro verso donde se vislumbra el amor en forma fantasmagórica pues sufre su deseo, su recuerdo, entreteje un pasaje ‘tierno’ dice así:

Esta forma es de rosa y te guarda tan puro.
Consérvala. De pronto te revela la tarde
Y te me manifiestas (desnudo de tus ropas)
Enrollado en tus sábanas o de pie contra un muro. 

Especial Jean Genet 1910-2010 (1) – El Placer de la Lectura


¡Oh Genet, mira tú marcha fúnebre!

El martes 15 de abril de 1986, y un día después de la muerte de su amiga Simone de Beauvoir, acaeció de un cáncer de garganta el ya célebre poeta homosexual, transgresor y vanidoso de lo ruidoso. Falleció en su cuarto de hotel donde vivía, informaría luego la editorial Gallimard.

En el Pescador de Suquet escribe no a modo de epitafio:


Me ha sepultado en una tumba de porcelana.

Tu oscureces el mundo.


ANTONIO PÉREZ-PAREDES

Licenciado en Pedagogía por la Universidad del Sur. Ha participado como ponente en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP) en varias ocasiones; “Foros universitarios; El holocausto y su impacto en los derechos humanos (2013)” “El genocidio y otros delitos competencia de la Corte Penal Internacional (2014) como moderador en la Universidad Tec-Milenio” “Alianza Internacional Universitaria por la Paz (2015) en la Universidad Politécnica de Quintana Roo” “ Educar para recordar: El holocausto y los derechos humanos (2016) en la Universidad del Sur”. En 2018 participó en el “Simposio de Autonomía Curricular, realizado en el Tec-Milenio” en 2019 recibió la certificación de competencia laboral en el “Uso didáctico de las tecnologías de información y comunicación en procesos de aprendizaje” y en 2020 la constancia en su participación del curso “Convivencia escolar desde la perspectiva de los derechos humanos (por la CNDH)”. En 2021 fue conferenciante en la semana de la Pedagogía con la ponencia "La pedagogía en la Grecia clásica". Concluyó el Taller "Evaluación diagnóstica para alumnos de educación básica" en 2021 y en 2022  recibió la certificación por el curso "Herramientas para una educación inclusiva, Dislexia; desde al aula al mundo del trabajo. Fue profesor de primaria en el Colegio Mano Amiga Cancún (2015-2021), actualmente es docente de licenciatura en la Universidad del Sur y en la primaria "Tulúm" también en Cancún.




Bibliografía
Fichte, Hubert. Hotel Garni, Alfaguara1990. Madrid.
Genet, Jean. Querella de Brest. Debate 1983. Madrid.
Genet. Poemas. Visor 1996. Madrid. Versión de A. Martínez Sarrión.

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