Goytizolo y Genet Anatomía de la poética en Genet En la medida que el poeta vive la experiencia de escribir del recuerdo, transmite también su deseo. Cuando aparecen fenomenológicamente estos versos, el lector puede quedar pausado, pero esa pausa es porque Genet es metapornográfico. ¡Mi bellísimo paje coronado de lilas! Inclínate en mi lecho, deja a mi pija dura Golpear tu mejilla. Tu amante el asesino Te relata su gesta entre mil explosiones.El Jean Genet “hacedor” logra en un moderno estilo de utilizar palabras comunes, la época de su poesía, de su cosmovisión narrativa, excesivamente buena como su poesía. Quizá esas mil explosiones den vida a su recuerdo satírico. Chupa mi duro miembro cual si fuese un helado escribe al final de otro verso, se intensifica, como si fuera una sinfonía, cambia de tiempos, de altitudes, y exige de nuevo: Besa mi pija tiesa, entierra en tu garganta El bulto de mi polla tragado de una vez, ¡Ahógate de amor, vomita y haz tu mueca! Inmediatamente luego: Adora de rodillas como un tótem sagrado mi tatuado torso, adora hasta las lágrimas mi sexo que se rompe, te azota como un arma adora mi bastón que te va a penetrar. Todos, o casi todos los deseos de amor terminan en una pasión que logra culminar lo que se comparte en una unión espiritual, no significa desde luego que después no existe la pasión: Elévate en el aire de la luna, mi vida En mi boca derrama el consistente semen Que pasa de tus labios a mis dientes, mi Amor, A fin de fecundar nuestras nupcias dichosas. En el choque entre dos cuerpos masculinos, que se odian, que sienten celos no los une el amor. Estos dos machos como los llama Genet, son en su gran mayoría ejemplo de lo que la vida homosexual de aquella época francesa puede parecerse al Der Kreis en Alemania. Nuestro poeta escribe así en Querella de Brest pág. 166: “Ternura no es la palabra exacta, pero expresa mejor la mezcla de agradecimiento hacia el cuerpo del que extrae el placer, de dulzura que os derrite cuando el placer se acaba, de laxitud física, de asco incluso que os ahoga y os alivia…ambos hombres quedan unidos por una complicidad que, nacida de la ausencia de mujer, suscita a la mujer, que los une precisamente por su carencia. A este respecto en sus relaciones no había nada fingido, ni necesidad alguna de ser otra cosa que lo que eran: dos machos muy viriles que sienten celos tal vez, que se odian, pero que no se aman” Sentencia el escritor. Genet es un poeta de sustancia, puede imaginar lo que ya ha vivido y recordar una forma especial de escribir poesía valiosa. En Marcha fúnebre (1942-1943) en el segundo canto, VII, tercera estrofa dicta: ¡Oh saber que tú duermes bajo mi pobre techo! Por mi boca conversas y con mis ojos miras Esta alcoba es la tuya y son tuyos los versos. Revive lo que quieras que yo monto la guardia. No solo sabe reconocer y recoger la exégesis de un sentimiento tan vulgar como el deseo amoroso del que se ha ido, parte si es que puede afirmarse, de un relato poetizado. Genet es dueño de una capacidad creadora, en sus versos se doblega el sentido moral de por y para qué amar, de dolor y la fétida esperanza por la ley. No existe en sus palabras, nada que no haya experimentado en carne propia. ¿Qué acaso ‘montar la guardia’ no es consentir al otro? No me lamentaré por cruel que el juego sea Un canto de pesar que revienta tus ojos Se trastorna de verte por tanto horror ceñido Y ese canto por siglos tu ataúd estremece. Muchos precisan y no es menester denostarlos, que la poesía de Genet, muchas veces con palabras yuxtapuestas, son de difícil traducción. Su cuerpo poético no piensa en tanto estilo, reclama dejarse sentir por la erótica del lenguaje. En Un chant d'amour que trata de un poema de deseo homosexual, llevada también al cine, y por mucho tiempo censurada. Dedicado a Lucien Sénemaud escribe: ¡Pastor baja del cielo donde el ganado duerme! (Al bozo de un pastor te confío hermoso invierno) Bajo mi aliento incluso si tu sexo es de escarcha Aurora lo libera de ese frágil vestido. En otro verso donde se vislumbra el amor en forma fantasmagórica pues sufre su deseo, su recuerdo, entreteje un pasaje ‘tierno’ dice así: Esta forma es de rosa y te guarda tan puro. Consérvala. De pronto te revela la tarde Y te me manifiestas (desnudo de tus ropas) Enrollado en tus sábanas o de pie contra un muro. |
ANTONIO PÉREZ-PAREDES
Licenciado en Pedagogía por la Universidad del Sur. Ha participado como ponente en la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP) en varias ocasiones; “Foros universitarios; El holocausto y su impacto en los derechos humanos (2013)” “El genocidio y otros delitos competencia de la Corte Penal Internacional (2014) como moderador en la Universidad Tec-Milenio” “Alianza Internacional Universitaria por la Paz (2015) en la Universidad Politécnica de Quintana Roo” “ Educar para recordar: El holocausto y los derechos humanos (2016) en la Universidad del Sur”. En 2018 participó en el “Simposio de Autonomía Curricular, realizado en el Tec-Milenio” en 2019 recibió la certificación de competencia laboral en el “Uso didáctico de las tecnologías de información y comunicación en procesos de aprendizaje” y en 2020 la constancia en su participación del curso “Convivencia escolar desde la perspectiva de los derechos humanos (por la CNDH)”. En 2021 fue conferenciante en la semana de la Pedagogía con la ponencia "La pedagogía en la Grecia clásica". Concluyó el Taller "Evaluación diagnóstica para alumnos de educación básica" en 2021 y en 2022 recibió la certificación por el curso "Herramientas para una educación inclusiva, Dislexia; desde al aula al mundo del trabajo. Fue profesor de primaria en el Colegio Mano Amiga Cancún (2015-2021), actualmente es docente de licenciatura en la Universidad del Sur y en la primaria "Tulúm" también en Cancún.
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