Escultura de Ron Mueck
El pensamiento crítico y la sociedad
desarrollada
“Las siguientes páginas tratan de una sensibilidad absurda
que puede encontrarse dispersa en el siglo, y no de una filosofía absurda que
nuestra época, hablando con propiedad, no ha conocido”
Albert Camus
El pensamiento crítico
es un estilo de pensar que ha logrado solidez mediante la ejercitación de su
propio devenir cognitivo, envolviéndose y dejándose envolver en los diferentes
problemas que aquejan la realidad optando afrentarse a ellos con el análisis
hacia la percepción del mundo un tanto más reflexiva, evitando así el agotamiento
de la idea de estabilidad de la verdad. Comprendemos entonces que es amplio el
camino para explicar qué es pensar críticamente, pensar críticamente es conocer
los principios de la razón y de mi propia razón, para que nos pueda proporcionar
un conocimiento útil para el mismo pensamiento. En el ámbito del pensar, del
pensar como lo hemos manejado aquí, chocan e interfieren distintos
acontecimientos y fenómenos perceptibles ante el lente del pensar, todos
necesarios para su ejecución, es en la pluralidad donde se reta más al
pensamiento, donde proliferan más ideas desde la libertad es donde el pensar se
hace presente como un fenóma[1] de
la eyección.
En dicho pensamiento se
formulan ideas abstractas que se usan para interpretar, es decir que un
pensador que reflexiona desde la crítica tiene ya la habilidad cognitiva de
emplear los mecanismo intelectuales de lo abstracto para definir o
conceptualizar otra idea no abstracta. El pensamiento crítico es el resultado
del arduo trabajo nato o disciplinado del pensamiento. Lo que en su momento se
llamó el mundo de las ideas hoy es el mundo del meme, de la crítica sin
fundamento o sin una teleología por la verdad, sólo existe una crítica con el afán
de ofender y que trata de justificarse en la medida en que más personas
compartan esa idea de una verdad.
Es por ello que es en
este siglo que el pensamiento crítico está más propenso a perderse entre tanta
farsa, el teatro de la hiperciberealidad, nos programa lo real. El mismo
criticar es criticado como algo nefasto, pero dicha conclusión parece no darse
cuenta que proviene de un pensar ajeno, muchas veces aceptado del otro.
En las sociedades más
desarrolladas existen más posibilidades de pensar ya que el desarrollo llega
para ampliar perspectivas. Sin embargo, pensar que una sociedad desarrollada se
define por el acceso de sus habitantes a un sinfín de cosas y/o servicios es
mentira, ya que donde predomina el capital como eje central de una vida
estable, la sola idea de una vida plena no es símbolo de ello. Al contrario,
una sociedad desarrollada es aquella donde la libre expresión es real, donde el
ciudadano no teme al estado que lo constituye, donde no siente necesidad de
delinquir, donde no tiene motivos para violentar, donde sólo sabe vivir para
él, porque todos ya viven para sí. Porque no hay el Otro, como sujeto al que la
vida le hizo a un lado o el destino le jugó mal.
Decía Heidegger en su
curso sobre ¿Qué significa pensar? “Lo
pensado por el pensador solamente puede superarse reduciendo lo impensado de su
pensamiento a su verdad inicial”. Pero este superarse no es justamente un medio
por el cual puede el pensador desarrollar su pensamiento crítico, porque así
como es una ventaja el mundo desarrollado igual es una desventaja al crear
mentes dominadas, pensamientos que son críticos porque otros quieren que así lo
sean, no para criticar lo que en su defecto debería ser criticado, sino sólo
criticar lo que se quiere que se critique. Esto es el sistema de las sociedades
desarrolladas. La hiperciberrealidad.
Para que los peligros de
las sociedades desarrolladas no influyan negativamente en el pensar y al
contrario, tomar ventaja de tales posibilidades que su desarrollo ofrece es incondicional
volver a ejercitar el pensamiento crítico, ahora criticando el lugar donde tiene
su inicio la crítica. Y así, sucesivamente. Dialécticamente.
El pensamiento crítico
tiene entonces lugar en el saber de las cosas que son, y son porque hay un
aprendizaje, una cognición del objeto a reflexionar. Pero este saber está
sujeto a su vez a las ideas de las ideas de las cosas que son en el otro. El otro
es el reflejo necesario para que pueda saberse en el exterior el sujeto que
critica, ya que conoce lo que criticará, puede entonces saber que existe, la
crítica es una falta que el ser requiere llenar, una reflexión orientada a
suministrar al vacío el valor de destruir la crítica del otro. La destrucción
en el pensamiento crítico dará como resultado un producto vivo parido de la
crítica, un aprendizaje, como diría Vasconcelos, “En todo caso, en suscitarle
el desarrollo hasta que se produzca el parto del alma, finalidad de la
educación”.
En suma, la
representación del pensamiento crítico es puro expulsar. El pensamiento crítico
es autodialéctico porque expulsa la idea orientada a criticar, o sea que
requiere del otro para manifestarse, y luego llenar ese vacío que al expulsar
se deja en ella.
Lic. Antonio Pérez-Paredes
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El siguiente espacio comparte los escritos, apuntes y artículos del Pedagogo Antonio Pérez-Paredes. Docente de primaria y Universidad en la Ciudad de Cancún.
sábado, 27 de agosto de 2016
El reto de pensar el pensamiento crítico en la hiperciberealidad
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