La
historia es la memoria de la imagen rescatable
La primera idea de
Benjamin afirma que el materialismo histórico como él lo conoce (lo compara con
el mecanismo del muñeco que vence a todos en el ajedrez) saldrá avante siempre
y cuando tenga a sus pies a la teología; la utiliza para impulsarse, como si la
pisara y ésta lo impulsara al mundo, dicho que, la teología en palabras de
Walter es fea y nadie la quiere ver. La felicidad no es en nuestro filósofo un
acto que indique felicidad como en el pasado, la felicidad para que pueda darse
en el humano de ahora, el hombre materialista requiere redención. Porque la
envidia está en conjunto con la relación y la separación del tiempo, los de
antes somos los de ahora pero los de ahora ya no tienen futuro porque se ven
suprimidos por el pasado, ese pasado que sabe que existió, ya no hay cariño al
presente de su futuro. Un verabredung,
un encuentro entre los dos, en la historia, y señala, “fortuito”.
La tercer idea da una
imagen de un Walter resignado, pero encasillado en que las cosas de la historia
no están bien, el juicio final dice, es “hoy” (el holocausto, la persecución
judía) y él teme eso, pero se ha redimido como muchos, no ha podido cruzar el
mar para refugiarse con Adorno y Marx. Como es consciente de su final, también logra
darse a la tarea de expulsar su sentimiento de nostalgia a la vida, a su vida, cada uno de sus instantes vividos se
convierte en un punto a la orden del día, (à l’ordre du jour).
La historia vista como
un hecho maldito creado por un espectador que no quiere que nada de lo que ha
sucedido quede en el olvido. El eterno retorno de lo mismo, o sea, las guerras,
las muertes en grandes cantidades, el sufrimiento, el suicidio materialista, la
redención.
En la frase la imagen verdadera del pasado pasa de largo
velozmente parece que propone un concepto de “lo efímero” en la historia,
lo perceptible y lo rescatable, me recuerda a Bergson y su consciencia
fotográfica. El pasado sólo es atrapable como la imagen que refulge, es decir,
la imagen dada y recobrada en la memoria, la historia es la memoria de la
imagen rescatable.
La historia también
aparece como ese dios que se espera por años, muchos especialistas en Walter
Benjamin se hacen ojos ciegos ante la evidente contradicción, -probablemente
por la aceptación de su propia muerte- de comparar al materialismo histórico
como el mesías que vendrá no sólo como redentor sino como Anticristo, como vencedor
del sistema capitalista industrial que ponderaba en la época de Benjamin.
Walter
Benjamin se suicidó la noche del 26 y 27 de 1940 después de ser perseguido por
la Gestapo y odiado por los nazis por ser considerado un peligro andante, un
judío filósofo y traductor. Una sobredosis de morfina le daría la muerte en un
modesto cuarto de Port Bou en la provincia de Girona.
Lic. Antoni Pérez-Paredes
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