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Película El indomable Will Hunting |
La
Universidad en Cancún
Una reflexión temprana
Para una Institución es
más fácil seleccionar a sus alumnos y decir que eso es calidad, a contratar
maestros capaces intelectualmente hablando y un personal honesto y retribuirles
un sueldo a su medida.
Antonio
Pérez-Paredes
Algo
de historia
El proyecto Cancún fue
ideado como un pozo de extracción, una máquina de hacer dinero, un campo de
batalla donde rápidamente se comenzó la planeación arquitectónica y
construcción de lo que se auguraba un paraíso vacacional que daría fuertes
ingresos de dinero al país. Vale reflexionar que sólo se concibió como un polo
turístico más, ambicionado desde finales del 68 por los técnicos del Banco de
México, no podía siquiera imaginársele como una ciudad que ocupara seres
pensantes. Carlos Nader compró los terrenos cocoteros en pocos pesos haciéndose
pasar por hacendado. Así avanzaría el desierto sobre tierra virgen.
Ahora bien, bajo este
precepto de polo turístico se elevó toda infraestructura tanto política,
gubernamental, de servicio privado y obvio educativo. Si lo que se pretendió
desde un inició fue un lugar donde los turistas vinieran a derrochar su dinero
y asolearse mientras disfrutaban de una rica margarita era obvio que lo que
menos importaba era el fin racional de una educación. Para laborar en los primeros
restaurantes se trajeron personal de Acapulco, hombres de Isla mujeres y
personal de Valladolid, Tizimin entre otros lugares próximos.
El objetivo era llegar
a Cancún y hacerse de dinero, en los pueblos de Yucatán así como en otras ciudades
de la república se esparcía el rumor que se recogía el dinero con palas y todo
era como el cuerno de la abundancia. Lo importante era trabajar, hacer dinero,
ahorrar las propinas y comprarse un terreno para luego con mucho esfuerzo
construir una vivienda.
En 1977 se crea en
Cancún los primeros Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial y de
Servicios (CBTIS). Para 1979 abría sus puertas el primer CONALEP en la
provincia ofreciendo sus servicios en Chetumal. En 1991 la Universidad La Salle
comenzó a prestar servicios en las instalaciones del Instituto Cancún de La
Salle, para que después abrir su campus en 1966.
Las instituciones
educativas tanto públicas como privadas responden a demandas diferentes puesto
que cada una tiene una teleología que varía según su estatus. Podríamos hablar
del nivel básico pero nos enfocaremos al nivel superior. Las universidades en
Cancún.
¿Son
buenas las Universidades en Cancún?
Sí, claro que hay
buenas Universidades, centros de estudio que por su prestigio con sólo
mencionar su nombre uno puede imaginarse un nivel superior a escuelas de
gobierno. Lo cierto es que en todas hay los mismos problemas. Hay Universidades
como La Anáhuac o La Salle que cuentan con una matrícula de profesionistas
dando clases muchos de ellos con maestría y doctorado o extranjeros. Lo mismo
con la Universidad del Caribe que tiene profesores de otros países y exige
haber obtenido cierto nivel educativo o algún posgrado en el extranjero. Pero,
¿Por tener más títulos o estudiar en el extranjero me hace un mejor o peor
maestro? La respuesta podría ser; en algunos casos sí y otros no. Daré un
ejemplo:
Tuve durante mi carrera
universitaria una profesora que además daba clases en la del Caribe y estaba en
la lista de investigadores, prominente doctora que había realizado estudios en Centroamérica
y con varios diplomados, etc. Bueno, bastaba oírla para darse cuenta que de “educación”
no sabía nada, que su lenguaje era precoz por no decir nulo, que su comprensión
teórica acababa en puras dinámicas y que Bochenski era su autor de cabecera. Yo
era un alumno de séptimo pero debo confesar que era muy movido, estudiaba por
mi cuenta, tuve los mayores maestros que fueron los clásicos griegos y toda la
filosofía continental del siglo XX. Tenía inquietudes y preguntaba mucho, cuestionaba
a todos mis maestros porque además de que yo me pagaba la escuela les exigía
más, porque a mí me costaba. Y cuando tenía maestros mediocres me enojaba
porque sentía que mi dinero se desperdiciaba. Pero bueno, esta maestra que se
las daba de muy instruida daba clases en la del Caribe pero era realmente muy
fatua, y entonces regresamos a la misma pregunta; ¿Por tener más títulos o
estudiar en el extranjero me hace un mejor o peor maestro? Traten de
contestarse ustedes.
Recuerdo a otro
maestro, creo sólo tenía su licenciatura en la UPN, (Universidad Pedagógica
Nacional), yo estudiaba esa carrera en la que muchos consideran una universidad
patito. La Universidad del Sur. Dicho profesor era un hombre con virtudes
extraordinarias, lúcido y muy inteligente, capaz de hacernos reaccionar, ojo, “reaccionar”,
abrir la mente ante la realidad, solía ser una clase muy socrática, muy de
reflexión y análisis. Era un buen profesor, tan bueno que lo corrieron cuando
con un grupo organizó una votación en la Facultad y ganó AMLO. Lo corrieron
como corrieron a muchos que eran muy buenos maestros, y contrataron a otros que
no lo eran. Y regresamos a la misma pregunta, ¿Por tener más títulos o estudiar
en el extranjero me hace un mejor o peor maestro?
Una universidad no sólo
está formada por un patrón de profesionistas que a mi parecer así seas profesor
de mecánica, gastronomía o algo relacionado con los negocios debe ser un sujeto
pensante, un hombre que promueva la apertura del ser ante la realidad social. Debe así, cualquier universidad,
contar con una estructura interna de directivos capaces, que sean buenos en sus
áreas y no se dejen corromper. Pero es muy difícil todo lo anterior para una
universidad, los maestros y los directivos exigirían mucho sueldo. Entonces optaron
por hacer su famosa “selección” donde estudiantes egresados de distintas
preparatorias, (cada una con su buena y mala fama), intentan ingresar en su
mayoría en alguna Universidad pública donde les será más fácil estudiar y
posiblemente trabajar. En las cuales se paga una breve colegiatura cada cuatro
o seis meses.
¿Por
qué seleccionar?
La selección tiene por
objetivo reconocer y aceptar a estudiantes con conocimientos generales en todas
las áreas y también haber aprobado su psicométrico, que es básicamente un
examen que busca una “total-generalidad” es decir, estudiantes cuadrados. Recuerdo
una anécdota de una amiga que pretendía quedarse en Negocios en la del Caribe,
era muy buena estudiante en la preparatoria, hablaba inglés y creo francés. El caso
es que mis amigos y yo fuimos testigos de cómo estudiaba y trataba de hacer
hasta lo imposible para quedarse en esa Universidad y no fue aceptada. En el
salón de a lado, había otro tipo, un chico que siempre estaba recursando
materias y que no pensábamos iba a ingresar a esa universidad y se quedó en
Negocios. ¿Qué pasó? Sí, probablemente el chico no pasó su examen general de
conocimientos pero aprobó el psicométrico. ¡Aplausos! (Ironía)
Como vemos todo está
relacionado, mantener al grupo que ingresa a la Universidad así como queremos
que se mantenga en su trabajo. Sé que es un discurso muy vociferado, ese que dice
que las Universidades así como las escuelas son fábricas de mano de obra. La gente
lo escucha y responde; “No es cierto a mí nunca me dijeron en la escuela que yo
iba a estudiar para ser esclavo del sistema” es correcto, igual y nunca te lo
dijeron literalmente, pero los modelos educativos forman eso, pero también te
decían tus profesores que leyeras, que estudiaras, sino ibas a terminar de empleado
de otro más inteligente o con más dinero que tú.
Todavía hoy en día hay
jóvenes que eligen una carrera por el potencial ingreso económico que obtendrán
cuando ya laboren. Lo que no saben es que no es así de fácil, a menos que seas
un junior que sólo asiste por su papel para luego ingresar al negocio de papá,
de la familia o de alguna amistad de la casa. Poco a poco los sueños se
fracturan, la realidad de esta ciudad policlasista oprime y ahoga.
¿Qué
pasa con los que no son aceptados en las universidades públicas?
Los alumnos que no son
aceptados muchas veces se dedican a trabajar y el dinero comienza a
corromperlos, al año trabajando ya no creen necesitar continuar sus estudios. Otros
optan por buscar una beca en alguna universidad privada o ya de plano irse a
Mérida a estudiar mientras se vive de arrimado con un pariente o se paga una
renta. Otros esperan el año para volver a presentar, algunos aprueban y ven
realizado su sueño, otros se frustran demasiado y declinan al estudio. Porque lo
que no saben las Universidades que colocan prueban de ingreso es que el
estudiante que aspira a ingresar a dicha institución y se esfuerza y no pasa se
siente de lo peor, su autoestima baja y hasta cierto punto pueden llegar a
recocerse como un tonto. Ah claro, pero eso no importa.
La otra opción.
Son las universidades
que desde hace algunos 7 años vienen dando servicios superiores en la ciudad de
Cancún sin fichas de aprobación de algún examen aprobado o pruebas
psicométricas absurdas. Son estas universidades que con solo presentar la ficha
de pago del Banco y llevar ciertas copias de algunos documentos personales ya
estas oficialmente en la carrera que deseas. Llegaron como para salvar a todos aquellos que
o no aprobaron en otras, no quieren hacer examen o simple y llanamente en las
públicas no había la carrera que ellos querían. ¿Decidir entre una carrera en una
Universidad con prestigio o estudiar lo que quieres en una que dicen que es patito?
Ahí el dilema.
Recordemos también que
fueron varias las Universidades públicas y privadas coludidas con ciertos
periódicos y medios de comunicación que al ver el auge de dichas universidades
que además ofrecían concluir la carrera en poco tiempo se pusieron a ensuciar
con pifias a toda costa, para desprestigiarlas.
El
valor de ser universitario
Ser universitario es
Ser ya parte de la historia, ser universitario es como dice John Locke en su
libro Pensamientos sobre educación “más
capaz y atrevido”. Ser más capaz y atrevido y ser digno de ser universitario,
tener espíritu de grandeza, querer cambiar el mundo, proponer, pensar, hablar,
opinar, criticar en su buen modo, analizar, hacer y ayudar. Debería cada uno de
esos chicos que salen de la preparatoria tratar de ingresar a una Universidad
sea la que sea con la intención de ser mejores personas, de adquirir
conocimientos nuevos y quizá renovarlos. Para una Institución es más fácil seleccionar
a sus alumnos y decir que eso es calidad, a contratar maestros capaces
intelectualmente hablando y un personal honesto y retribuirles un sueldo a su
medida.
Son muchos los factores
que determinan que la educación universitaria sea hoy en día en nuestra ciudad
no un concepto de “riqueza” una forma más de sacar dinero para los dueños o
bien en las públicas lugar ideal para colocar a familiares o amigos en plazas
de maestros u otro cargo. Todo eso termina en algún momento por reventar la ya
de por sí cuerda floja de la educación universitaria. Hasta hace poco los
Hoteles iban meses antes que los alumnos del CONALEP concluyeran sus estudios
en gastronomía para contratarlos y es que eran peleados por los hoteles. Hoy en
día, no hay hotel en la zona que no tenga algún alto mando en alimentos y
bebidas que no haya egresado de la 009.
Universidades con mucho
prestigio educan para hacer líderes, pero también el líder es un personaje
importante, es aquel que va a elevar a su empresa o donde trabaje elevando a su
personal a cargo. Pero, si ya comenzamos con que las humanidades son
sustituidas con ese famoso coachin empresarial que motiva al desmotivado. Estamos arruinados.
Decía Hegel en sus
Estudios Pedagógicos algo así, “Llegan alumnos que no saben nada básico de
Aristóteles ni de Platón y son aceptados en esta Institución, pero no hay que
correrlos, no. Hay que instruirlos, enseñarlos, si ya están aquí es por algo y
aquí se deben de quedar”. Si las universidades que hoy en día en esta hermosa
ciudad leyeran los discursos pedagógicos de Hegel o mínimo los de Vasconcelos
quizá entenderían que hacen más daño seleccionando que ignorando.
Los
retos actuales de la Universidad
La globalización trajo
los retos del paradigma de la competencia, que es básicamente hacer algo, en determinado
tiempo y bien hecho. Dicho paradigma por muy vapuleado pero no le veo futuro,
no en nuestra época, los nuevos retos en términos generales de país es la
dichosa calidad. Pero el reto no es tener o no calidad, es que la calidad es
particular y no general. Por ejemplo estas Universidades como Harvard u Oxford,
son en sí, excelentes instituciones, pero nadie externo reconoce a cantidad sus
marcos de referencia en calidad pero sí los genios que de ellas salieron. Las Universidades
si quieren tener esa dichosa calidad que carece de un significado ontológico
debe reconocer hasta el ridículo a sus mentes brillantes. A sus docentes y a su
personal. El otro reto que yo veo es el ascenso indiscriminado de la cibernética
como fenómeno didáctico. Que sirva de apoyo, de herramienta para pensar mejor,
para hacer más accesible conocimientos que antes con un gis y una pizarra
entraban bien o a la fuerza. Pero tal pareciera que a medida que la tecnología avanza
se nos hace más difícil enseñar.
El tercer reto no creo
que sea propio de esta ciudad pero es el comercio del conocimiento. Universidades
que venden carreras como una zapatería vende calzados. Que no les importe si el
estudiante sabe o no, si pasó o no, lo importante es que tenga sus
calificaciones aprobadas porque está pagando. Eso es prostituir no sólo una
carrera, sino al docente, al alumno, al directivo, al coordinador y hasta el
que limpia los baños en dicha Universidad.
Para
finalizar
Si el dueño de una
Universidad o rector no sabe nada de educación o no ama la educación es el
primer eslabón roto, si el coordinador o jefe de facultad no ama su trabajo hay
otro eslabón roto, si el empleado que está en oficina en una institución no ama
su trabajo es otro eslabón roto, si el docente no ama lo que hace, está jodida
la cosa, si el estudiante no ama ser estudiantes todo habrá valido pura madres.
Ante eso no hay discurso, ni artículo, ni reflexión ni filósofo que pueda ante
el desamor a la educación.
Lic. Antonio
Pérez-Paredes