miércoles, 20 de enero de 2016

La experiencia Sartre en la Universidad del Sur

 


La experiencia Jean Paul Sartre

1ra parte

 

 

Hace poco muy ocupado me encontraba limpiando un armario y de entre cajas de zapatos llenas de periódicos hallé una copia del curso que diera sobre Epistemología existencial. Básicamente se trataba sobre El ser y la nada del genial filósofo francés Jean Paul Sartre. Fue un 7 de Noviembre del 2013 hace ya casi 3 años de eso. Aunado a este tierno recuerdo que en lo particular siento ya que todavía me encontraba estudiando la licenciatura y tuve el logro de dar el curso dos veces, en la mañana y en la tarde-noche. En suma, he querido repetir el mismo curso pero ahora desde el recuerdo de lo que fue La experiencia Jean Paul Sartre.

Fue una mañana repleta de nerviosismo, me levanté normal, a la hora de siempre, desayuné, llegué a la facultad y me fui directo al auditorio donde en punto de las 10 de la mañana se llevaría a cabo el primer evento, eran varias actividades en el Coloquio que organizó mi grupo. Todos estábamos muy atemorizados, habíamos invitado a ponentes, entre ellos maestros y catedráticos. Mi participación estaba programada a las 10:30 am, junto con un compañero Sergio Medina íbamos a dar la conferencia él por una parte y yo enfocándome directamente con el Existencialismo Sartreano desde una perspectiva epistemológica.

Previo al curso me había enclaustrado en el estudio de forma rigurosa sobre Sartre pero principalmente su libro cumbre El ser y la nada, una contestación menos oscura de Ser y tiempo de Martin Heidegger. Las más de 500 páginas las leí y releí en menos de un mes y todavía tuve el tiempo para hacer un vaciado del texto original en el curso, como una serie de apuntes y resúmenes por capítulos en un breve ensayo de 25 cuartillas. Era todo lo que iba a contarles a los asistentes a mi presentación.

Y como toda hora llega así llegó el tiempo de entrar al auditorio repleto de estudiantes y profesores, muchos ellos me daban clases todavía. Lo que les estoy narrando incluye parte de ambos cursos tanto el de la mañana como el de la tarde que fue a eso de las seis de la tarde. Recuerdo ver a varios amigos de otras carreras especialmente los de psicología. Yo estudiaba pedagogía pero estudiaba la filosofía de manera autodidacta porque aunque no lo crean en Cancún la carrera de filosofía no existe. Llevaba en una carpeta verde el curso de 25 cuartillas, un libro de Sartre “La náusea” y creo uno de Husserl, Ideas 1 si mal no recuerdo.

Todo me temblaba, estaba muy emocionado podían verme sudar –supongo- hasta los que se sentaron atrás. Y es que no era mi primera ponencia, meses antes había pronunciado una sobre Nietzsche. Pero Sartre era otro asunto, algo que yo amaba, ahora igual no tanto porque cuando uno lee y estudia filosofía debe superar sus encuentros con los demás filósofos, terminar una relación pasional y entrar en otra o permanecer. Le pedí a los chicos que se encargaban del cañón y el audio que mientras los asistentes esperaban y se acomodaban pusieran unas canciones de jazz, algo de Chet creo, ya que a Sartre le gustaba mucho el jazz.

 

 

 

Me sudaban las manos y el ojo derecho me saltaba, cuando agarré el micrófono comencé a zarandearlo en leves movimientos pero apreté fuerte y hasta me incorporé. Recuerdo que me miraban como cuestionándose sobre qué demonios estaba haciendo yo siendo tan joven en un escenario académico como ese y dando un curso sobre existencialismo. Sospeché y luego lo corroboré que gran parte de los que fueron a ver y oír la conferencia no conocían ni por nombre al fabuloso filósofo francés. Había titulado mi curso ibídem como “Del sujeto eyectado a la voluntad cognoscente” Hermenéutica fenomenológica para una epistemología existencial. Y comenzaba así;

El ser ha perdido el interior de su existencia, ahora sólo se manifiesta en pura positividad, es lo que es, ya no hay un Ser exterior que buscar porque el fenómeno se manifiesta como es y es así que es lo que es, ya no contiene la búsqueda de lo interno, ya no se tiene un interior y un exterior, es exterior porque es fenómeno de lo que Es.

Para Sartre el fenómeno del ser es el manifiesto, mientras que el ser del fenómeno es lo que se manifiesta porque se puede hablar de él o de eso, se manifiesta en pura esencia. Ahí la diferencia entre (l’être du phénomène) y el fenómeno del ser (phénomène du l’être)

Después seguí explicando y casi narrando mis apuntes sin siquiera mirarlos por más de unos pocos segundos, eran mi apoyo fenomenológico. Di a entender que lo que decía era una especie de Introducción y continué…

…¿Cuál es la prueba ontológica? A caso se han puesto a pensar si existe o no una prueba ontológica, para Sartre  dicha prueba es la prueba referida a la consciencia es conciencia de algo, por ello –prueba ontológica, prueba de las cosas que son-, que no nace apuntando a la consciencia misma sino a algo, y luego el ser tendría conciencia de Sí. Porque es consciente del fenómeno que ha sido consciente.

Ya se imaginaran, estaban que no entendían ni un gramo de lo que se decía, mi compañero bien que sabía, él igual era lector de Sartre, éramos los dos únicos alumnos con esas tendencias filosóficas.
.......continuará.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario