Sin duda alguna nos basta con los dos tomos sobre Nietzsche que escribió Heidegger el siglo pasado para comprender hasta cierto punto la importancia que ejerció la filosofía de Friedrich en el maestro de la selva negra Martin Heidegger. Pero esta vez nos vamos a enfocar en un concepto axial para comprender al filósofo que mató a dios. La voluntad de poder.
¿Qué es la voluntad de poder? En pocas
palabras la voluntad de poder es “querer siempre querer más” porque la voluntad
de poder es aplanadora, no se detiene, quiere más y más de lo que ya tiene,
devora y en tanto axioma filosófico es sin duda de los más totalizadores. Vivir
ejerciendo la voluntad de poder acabará entonces por dominar la vida de quién
lo ejerza, de ahí que al querer todo y tener todo llegará un punto de quiebre
porque habrá querido todo y lo único que le queda es la voluntad misma de poder
por lo que se querrá a sí mismo. Es decir, cuando la voluntad de poder haya
querido más de lo que ya quiso sólo le queda el más de él, pero entonces, ¿qué
propósito tiene la voluntad de poder si acabará consumiéndose por su “querer más”?
es de hecho la pregunta habitual que me hacen mis alumnos en clase cuando vemos
a Nietzsche y el gran filósofo tenía casi planeado, -lo cual no es cierto-,
pero sí construyó otros conceptos similares al de Voluntad de poder que no
aparecen como en un diccionario en sus libros, lo tienta pero no lo expone, es
el concepto de voluntad firme, voluntad de la nada y voluntad de desierto.
La voluntad de poder que es
expansiva y destruye todo a su paso necesita de otras voluntades como por
ejemplo el de la Firme porque la voluntad firme es la capacidad de, -decir que
no a lo que se quiere-, pero eso que se quiere es lo que daña al hombre de
manera constructiva sino que lo priva de su expansión. Es decir el superhombre
de Nietzsche es aquel sujeto que coloca la voluntad de poder como eje central
de su vida y la involucra a tal grado que requiere de la voluntad firme, para
mediar aquello que socaba al ser. Pero aparece
en escena la otra voluntad que es quizá la menos conocida del por su
incomprensibilidad ya que carece de hermenéutica hasta se podría decir que cabe
dentro del concepto de “fenómeno de la voluntad” recuperando algún concepto de
Husserl. Pues la voluntad de la nada es la ipseidad del superhombre, la capacidad
de pensarse y tener conciencia de lo que sabe y hace. La voluntad de la nada es
de la nada porque es el todo del superhombre.
La otra voluntad es la de
desierto que es como dijo Heidegger “la más soberbia bestia aniquiladora”
porque en efecto la voluntad de desierto es la otra etapa de la voluntad de
poder pero sin prescindir de ella, es como su sombra, la voluntad de poder es
de desierto porque es expansora pero esconde un terrible hambre de devastación,
la voluntad de desierto es la voluntad de muerte, que arrasa no sólo con la
vida sino que donde pasa impide el posible surgimiento de vida. Un ejemplo
clarísimo que prospero en mis clases es el de Hitler y la expansión del
nazismo, si nos remontamos un poco atrás de todo ese embrollo fue en las clases de geopolítica donde Karl
Haushofer dijo, -No es necesario salir a colonizar sino expandirse-, y eso fue
lo que hizo Adolf Hitler por eso pedía Lebensraum.
Para no salirnos del tema que nos atañe
seguiremos con el concepto de voluntad de poder que hay que imaginbarla como
ese impulso de Ser del superhombre, es lo que mantiene en pie a los fuertes y
lo que los domina para dominar, la locomotora del superhombre que lo incita al
dominio total, como diría mi maestro la voluntad de poder es “planetarización
pura”
Acudiremos a despedir este pequeño pero honesto
escrito con algo del filósofo Friedrich Nietzsche sobre su concepto de voluntad
de poder de su escrito póstumo La voluntad de poder página 365, “En mi
concepto, la voluntad de poder es la forma primitiva de la pasión, y todas las
otras pasiones son solamente configuraciones de aquella”
Lic. Antonio Pérez-Paredes
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